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  • Nosotros, en cambio, tomaremos las armas para ir a la vanguardia de los israelitas, hasta que los hayamos introducido en el lugar de su destino. Mientras tanto, nuestros hijos permanecerán en ciudades fortificadas, al resguardo de los habitantes del país. (Números 32, 17)

  • Por lo tanto, toda joven que posea una herencia en alguna tribu de los israelitas, se casará dentro de un clan de su tribu paterna, de manera que los israelitas conserven cada uno la herencia de sus padres. (Números 36, 8)

  • Y así tuvieron que permanecer en Cades durante tanto tiempo. (Deuteronomio 1, 46)

  • Tanto ellos como los anaquitas eran tenidos por gigantes, pero los moabitas los llaman emíes. (Deuteronomio 2, 11)

  • El día en que estabas delante del Señor, tu Dios, en el Horeb, él me dijo: "Reúneme al pueblo y yo les haré oír mis palabras, para que aprendan a temerme mientras vivan sobre la tierra, y enseñen a sus hijos a hacer otro tanto". (Deuteronomio 4, 10)

  • Ya en el Horeb lo irritaron, y él se indignó tanto que estuvo a punto de destruirlos. (Deuteronomio 9, 8)

  • Por lo tanto, esta tribu no poseerá una herencia en medio de sus hermanos: su herencia es el Señor, como él mismo se lo ha declarado. (Deuteronomio 18, 2)

  • No sembrarás en tu viña otra clase de plantas, porque de lo contrario toda la cosecha será sagrada: tanto el producto de lo que siembres como el fruto de la viña. (Deuteronomio 22, 9)

  • Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; y tu vista se consumirá de tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada. (Deuteronomio 28, 32)

  • Él hará recaer sobre ti todas las plagas de Egipto, esas que tanto te horrorizaron. (Deuteronomio 28, 60)

  • Afuera los diezmará la espada, y adentro, el terror, tanto al joven como a la muchacha, al niño de pecho como al anciano. (Deuteronomio 32, 25)

  • Que tus cerrojos sean de hierro y de bronce, y tu poder dure tanto como tus días. (Deuteronomio 33, 25)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina