Encontrados 12 resultados para: suscitaré

  • Te haré extraordinariamente fecundo: de ti suscitaré naciones, y de ti nacerán reyes. (Génesis 17, 6)

  • Yo la bendeciré y te daré un hijo nacido de ella, al que también bendeciré. De ella suscitaré naciones, y de ella nacerán reyes de pueblos". (Génesis 17, 16)

  • Por eso, déjame obrar: mi ira arderá contra ellos y los exterminaré. De ti, en cambio, suscitaré una gran nación". (Exodo 32, 10)

  • Los voy a castigar con una peste y los voy a desheredar. De ti, en cambio, suscitaré una nación mucho más fuerte que ellos". (Números 14, 12)

  • Por eso, déjame que los destruya y que borre de la tierra hasta su nombre. De ti, en cambio, suscitaré una nación más numerosa y fuerte que ellos". (Deuteronomio 9, 14)

  • Por eso, suscitaré entre sus hermanos un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que yo le ordene. (Deuteronomio 18, 18)

  • En cambio, yo me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón y a mis deseos. Yo le edificaré una casa duradera, y él caminará en presencia de mi Ungido todos los días de su vida. (I Samuel 2, 35)

  • Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán, y no se echará de menos a ninguna -oráculo del Señor-. (Jeremías 23, 4)

  • Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. (Jeremías 23, 5)

  • sino que servirán al Señor, su Dios, y a David, su rey, que yo les suscitaré. (Jeremías 30, 9)

  • Suscitaré al frente de ellas a un solo pastor, a mi servidor David, y él las apacentará: las apacentará y será su pastor. (Ezequiel 34, 23)

  • Escucha, Josué, Sumo Sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti -porque estos hombres son un presagio-: Yo suscitaré a mi servidor "Germen". (Zacarías 3, 8)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina