Encontrados 408 resultados para: soldados de saul

  • y que con él venía Lisias, su tutor y encargado de los asuntos de Estado. Ambos conducían un ejército griego de ciento diez mil soldados, cinco mil trescientos jinetes, veintidós elefantes y trescientos carros armados de cuchillas. (II Macabeos 13, 2)

  • Nicanor, queriendo poner en evidencia la hostilidad que profesaba contra los judíos, envió más de quinientos soldados para detenerlo, (II Macabeos 14, 39)

  • Así trata también a los seiscientos mil soldados que se amotinaron por la dureza de su corazón. (Eclesiástico 16, 10)

  • Cruzan el desfiladero, en Gueba pasan la noche, tiembla Ramá, huye Guibeá de Saúl. (Isaías 10, 29)

  • ¿Cómo harías retroceder a uno solo de los más insignificantes servidores de mi señor? ¡Pero tú confías en Egipto para tener carros de guerra y soldados! (Isaías 36, 9)

  • En mi mesa, ustedes se saciarán de caballos y jinetes, de guerreros valerosos y soldados de todas clases -oráculo del Señor-. (Ezequiel 39, 20)

  • Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: "Ve", él va, y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi sirviente: "Tienes que hacer esto", él lo hace». (Mateo 8, 9)

  • Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron a toda la guardia alrededor de él. (Mateo 27, 27)

  • Después de crucificarlo, los soldados sortearon sus vestiduras y se las repartieron; (Mateo 27, 35)

  • Estos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, (Mateo 28, 12)

  • Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia. (Marcos 15, 16)

  • Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. (Marcos 15, 24)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina