Encontrados 17 resultados para: sentarse
y fue a sentarse aparte, a la distancia de un tiro de flecha, pensando: "Al menos no veré morir al niño". Y cuando estuvo sentada aparte, prorrumpió en sollozos. (Génesis 21, 16)
El Ángel del Señor fue a sentarse bajo la encina de Ofrá, que pertenecía a Joás de Abiézer. Su hijo Gedeón estaba moliendo trigo en el lagar, para ocultárselo a los madianitas. (Jueces 6, 11)
Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: "¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí? (II Samuel 7, 18)
Entonces el rey se levantó y fue a sentarse a la Puerta. Y cuando hicieron correr la noticia: "¡El rey está sentado a la Puerta!", todo el pueblo acudió a presentarse ante el rey. Mientras tanto, los de Israel habían huido cada uno a su carpa. (II Samuel 19, 9)
Por eso, todo Israel tiene los ojos puestos en ti, para que le anuncies quién debe sentarse en el trono de mi señor el rey, después de él. (I Reyes 1, 20)
Luego volverán a subir detrás de él, y él vendrá a sentarse en mi trono y reinará en mi lugar: yo lo he constituido jefe de Israel y de Judá". (I Reyes 1, 35)
Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: "¿Quién soy yo, Señor Dios, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí? (I Crónicas 17, 16)
Pero ellos serán como paja: el fuego los quemará; no podrán librarse a sí mismos del poder de las llamas; no serán brasas para dar calor ni fuego para sentarse ante él. (Isaías 47, 14)
Así habla el Señor: Inscriban a este hombre: "Sin hijo, un fracasado en la vida", porque ninguno de su descendencia logrará sentarse en el trono de David ni seguir dominando en Judá. (Jeremías 22, 30)
Volverán a sentarse a mi sombra, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano. (Oseas 14, 8)
Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. (Mateo 13, 2)
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre». (Mateo 20, 23)
