Encontrados 23 resultados para: semejantes
Maravillados de su hermosura, no podían menos de admirar también a los israelitas y se decían unos a otros: "¿Quién podrá despreciar a un pueblo que tiene semejantes mujeres? ¡No conviene dejar en pie ni a uno solo de sus hombres, porque los sobrevivientes serían capaces de seducir a toda la tierra!". (Judit 10, 19)
Holofernes le respondió: "Y cuando se acaben tus provisiones, ¿de dónde sacaremos otras semejantes, ya que entre nosotros no hay nadie de tu pueblo?". (Judit 12, 3)
Ya escuché muchos discursos semejantes, ¡tristes consoladores son todos ustedes! (Job 16, 2)
Él va a ejecutar mi sentencia, y hay en él muchos designios semejantes. (Job 23, 14)
Hecho esto, postrados profundamente, suplicaron al Señor que nunca más los dejara caer en semejantes desgracias, y si alguna vez volvían a pecar, los corrigiera él mismo con bondad, en lugar de entregarlos a los paganos blasfemos y crueles. (II Macabeos 10, 4)
Por eso, con toda justicia fueron castigados con seres semejantes y atormentados con una infinidad de bichos. (Sabiduría 16, 1)
Mis ojos han visto muchas cosas semejantes y cosas peores aún escucharon mis oídos. (Eclesiástico 16, 5)
Los pájaros buscan la compañía de sus semejantes y la verdad retorna a aquellos que la practican. (Eclesiástico 27, 9)
así habla el Señor de los ejércitos: Yo enviaré contra ellos la espada, el hambre y la peste; los haré semejantes a higos en mal estado, que de tan malos no se pueden comer; (Jeremías 29, 17)
Los jefes dijeron al rey: "Que este hombre sea condenado a muerte, porque con semejantes discursos desmoraliza a los hombres de guerra que aún quedan en esta ciudad, y a todo el pueblo. No, este hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia". (Jeremías 38, 4)
Tengan cuidado, entonces, no sea que también ustedes se hagan semejantes a los extranjeros y se dejen invadir por el temor a esos dioses, (Baruc 6, 4)
Ningún cedro en el Jardín de Dios podía hacerle sombra; no había entre los cipreses ramas semejantes a las suyas, y ninguno de los plátanos era comparable a su ramaje. Ningún árbol en el Jardín de Dios se le asemejaba en hermosura. (Ezequiel 31, 8)