Encontrados 51 resultados para: segunda

  • Y por segunda vez, el pueblo se postraba para recibir la bendición del Altísimo. (Eclesiástico 50, 21)

  • La palabra del Señor llegó a mí por segunda vez, en estos términos: "¿Qué ves?". Yo respondí: "Veo una olla hirviendo, que se vuelca desde el Norte". (Jeremías 1, 13)

  • La palabra del Señor me llegó por segunda vez, en estos términos: (Jeremías 13, 3)

  • La palabra del Señor llegó a Jeremías por segunda vez, mientras todavía estaba detenido en el patio de la guardia, en estos términos: (Jeremías 33, 1)

  • Estaba rematada por un capitel de bronce, y la altura del capitel era de dos metros y medio. Sobre el capitel, todo alrededor, había una moldura en forma de red y de granadas, todo de bronce. La segunda columna, con sus granadas, era igual a la primera. (Jeremías 52, 22)

  • Al cabo de estos días, te acostarás por segunda vez, sobre el lado derecho, y cargarás con las culpas del pueblo de Judá durante cuarenta días: yo te he fijado un día por cada año. (Ezequiel 4, 6)

  • Ellos respondieron por segunda vez, diciendo: "Que el rey diga a sus servidores lo que ha soñado, y nosotros expondremos la interpretación". (Daniel 2, 7)

  • La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: (Jonás 3, 1)

  • La palabra del Señor llegó por segunda vez a Ageo, el día veinticuatro del mismo mes, en estos términos: (Ageo 2, 20)

  • Por segunda vez le pregunté: "¿Qué son las dos ramas de olivo, que derraman aceite dorado a través de los dos tubos de oro?". (Zacarías 4, 12)

  • Se alejó por segunda vez y suplicó: «Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad». (Mateo 26, 42)

  • Jesús le respondió: «Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me habrás negado tres veces». (Marcos 14, 30)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina