Encontrados 1031 resultados para: sea

  • En efecto, todos los que confían en las obras de la Ley están bajo una maldición, porque dice la Escritura: Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la Ley. (Gálatas 3, 10)

  • Voy a ser más explícito: el heredero, mientras es menor de edad, aunque sea propietario de todos sus bienes, en nada se diferencia de un esclavo. (Gálatas 4, 1)

  • Está bien interesarse por los demás, con tal que ese interés sea verdadero y para siempre, y no sólo cuando yo estoy entre ustedes. (Gálatas 4, 18)

  • ¡Hijos míos, por quienes estoy sufriendo nuevamente los dolores del parto hasta que Cristo sea formado en ustedes! (Gálatas 4, 19)

  • Ahora mismo desearía estar allí para hablarles de otra manera, porque ya no sé cómo proceder con ustedes. (Gálatas 4, 20)

  • Yo espero en el Señor que ustedes no cambiarán de parecer. En cuanto a aquel que los está perturbando, será castigado, sea quien sea. (Gálatas 5, 10)

  • Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor. (Gálatas 5, 13)

  • Porque la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien que quieren. (Gálatas 5, 17)

  • Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, (Efesios 1, 3)

  • Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. (Efesios 3, 17)

  • a él sea la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones y para siempre! Amén. (Efesios 3, 21)

  • No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan. (Efesios 4, 29)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina