Encontrados 29 resultados para: salario

  • El malvado obtiene un salario engañoso, y el que siembra justicia, una recompensa segura. (Proverbios 11, 18)

  • El hombre se sacia con el fruto de sus palabras, y cada uno recibe el salario de su trabajo. (Proverbios 12, 14)

  • Mata a su prójimo el que lo priva del sustento, derrama sangre el que retiene el salario del jornalero. (Eclesiástico 34, 22)

  • Cuando tú edificabas una colina a la entrada de todos los caminos, y levantabas un montículo en todas las plazas, no eras como la prostituta que busca un salario. (Ezequiel 16, 31)

  • Devastaré su viña y su higuera, de las que ella decía: "Este es el salario que me dieron mis amantes". Las convertiré en una selva y las devorarán los animales del campo. (Oseas 2, 14)

  • ¡No te alegres, Israel, no te regocijes como los pueblos! Porque te has prostituido lejos de tu Dios y has amado el salario de las prostitutas sobre todas las eras de trigo. (Oseas 9, 1)

  • Todas sus estatuas serán destrozadas, todos sus salarios serán presa de las llamas, y yo arrasaré todos sus ídolos. Porque ella los amontonó con salarios de prostitutas y volverán a ser salario de prostitución. (Miqueas 1, 7)

  • Porque antes de estos días no había salario para los hombres ni ración para los animales, ni había seguridad para los que iban y venían, a causa del enemigo: yo había lanzado a todos los hombres, unos contra otros. (Zacarías 8, 10)

  • Yo les dije: "Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo". Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata. (Zacarías 11, 12)

  • Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. (Lucas 10, 7)

  • Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría. (Juan 4, 36)

  • Ahora bien, al que trabaja no se le da el salario como un regalo, sino como algo que se le debe. (Romanos 4, 4)


“Caminhe sempre e somente no bem e dê, cada dia, um passo à frente na linha vertical, de baixo para cima.” São Padre Pio de Pietrelcina