Encontrados 128 resultados para: rey Ezequías

  • Así habla el rey: Que Ezequías no los engañe, porque él no podrá librarlos. (Isaías 36, 14)

  • Y que Ezequías no los induzca a confiar en el Señor, diciendo: Seguramente el Señor nos librará, y esta ciudad no caerá en manos del rey de Asiria. (Isaías 36, 15)

  • No le hagan caso a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Hagan las paces conmigo y ríndanse. Así cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera, y beberá el agua de su pozo, (Isaías 36, 16)

  • Que Ezequías no los seduzca, diciendo: El Señor nos librará. ¿Acaso los dioses de las naciones han librado a sus países de las manos del rey de Asiria? (Isaías 36, 18)

  • Eliaquím, hijo de Jilquías, el mayordomo de palacio, Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el archivista, se presentaron ante Ezequías con sus vestiduras desgarradas, y lo informaron de las palabras del copero mayor. (Isaías 36, 22)

  • Cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestiduras, se cubrió con un sayal y fue a la Casa del Señor. (Isaías 37, 1)

  • "Así habla Ezequías: Hoy es un día de angustia, de castigo y de oprobio, porque los hijos están a punto de nacer, pero no hay fuerza para darlos a luz. (Isaías 37, 3)

  • Los servidores del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, (Isaías 37, 5)

  • al recibir esta noticia acerca de Tirjacá, rey de Cus: "Se ha puesto en campaña para combatirte". Al oír esto, Senaquerib envió mensajeros a Ezequías para decirle: (Isaías 37, 9)

  • "Háblenle así a Ezequías, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios, en quien confías, haciéndote pensar que Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria. (Isaías 37, 10)

  • Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Después subió a la Casa del Señor, la desplegó delante del Señor (Isaías 37, 14)

  • Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Así habla el Señor, Dios de Israel: Tú me has dirigido una súplica acerca de Senaquerib, rey de Asiria. (Isaías 37, 21)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina