Encontrados 426 resultados para: reinó

  • El trigésimo noveno año de Azarías, rey de Judá, comenzó a reinar Menajém, hijo de Gadí, y reinó diez años en Samaría. (II Reyes 15, 17)

  • Menajém se fue a descansar con sus padres, y su hijo Pecajías reinó en lugar de él. (II Reyes 15, 22)

  • El quincuagésimo año de Azarías, rey de Judá, inició su reinado sobre Israel, en Samaría, Pecajías, hijo de Menajém, y reinó dos años. (II Reyes 15, 23)

  • Su escudero Pécaj, hijo de Remalías, conspiró contra él y lo mató en Samaría, en la torre de la casa del rey. Con la ayuda de cincuenta galaaditas, dio muerte al rey, lo mismo que a Argob y Arié, y reinó en lugar de él. (II Reyes 15, 25)

  • El quincuagésimo segundo año de Azarías, rey de Judá, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, Pécaj, hijo de Remalías, y reinó veinte años. (II Reyes 15, 27)

  • Oseas, hijo de Elá, urdió una conspiración contra Pécaj, hijo de Remalías, lo hirió de muerte y reinó en lugar de él, el vigésimo año de Jotám, hijo de Ozías. (II Reyes 15, 30)

  • Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Su madre se llamaba Ierusá, hija de Sadoc. (II Reyes 15, 33)

  • Jotám se fue a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David, su padre. Su hijo Ajaz reinó en lugar de él. (II Reyes 15, 38)

  • Ajaz tenía veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Él no hizo lo que es recto a los ojos del Señor, su Dios, a diferencia de su padre David. (II Reyes 16, 2)

  • Ajaz se fue a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David. Su hijo Ezequías reinó en lugar de él. (II Reyes 16, 20)

  • Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abí, hija de Zacarías. (II Reyes 18, 2)

  • Un día, mientras estaba postrado en el templo de Nisroc, su dios, Adramélec y Sarecer, sus hijos, lo mataron con la espada, y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Asarhadón, su hijo, reinó en lugar de él. (II Reyes 19, 37)


“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina