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  • Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tenía los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. (Génesis 22, 13)

  • Luego dirigió una mirada a su alrededor, y al ver a las mujeres y a los niños, preguntó: "¿Quiénes son estos que están contigo?". "Son los hijos que Dios ha concedido a tu servidor", respondió Jacob. (Génesis 33, 5)

  • Cuando murió Baal Janán, hijo de Acbor, lo sucedió Hadad; el nombre de su ciudad era Pau, y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred, que a su vez era hija de Mezahab. (Génesis 36, 39)

  • "Nosotros estábamos en el campo atando gavillas. De pronto, mi gavilla se alzó y se mantuvo erguida, mientras que la de ustedes formaban un círculo alrededor de la mía y se inclinaban ante ella". (Génesis 37, 7)

  • Nuestro padre, tu servidor, nos respondió: ‘Ustedes saben muy bien que mi esposa predilecta me dio dos hijos. (Génesis 44, 27)

  • Los hijos de Zabulón: Séred, Elón y Iajlel. (Génesis 46, 14)

  • Por eso, los egipcios redujeron a los israelitas a la condición de esclavos, (Exodo 1, 13)

  • Entonces dirigió una mirada a su alrededor, y como no divisó a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. (Exodo 2, 12)

  • Y si a pesar de estos dos prodigios permanecen incrédulos y no te escuchan, saca del Nilo un poco de agua y derrámala en la tierra; y al caer en la tierra, el agua que saques del Nilo se convertirá en sangre". (Exodo 4, 9)

  • A pesar de esto, el Faraón persistió en su obstinación y no los escuchó, como el Señor lo había predicho. (Exodo 7, 13)

  • Pero los magos egipcios, valiéndose de sus artes secretas, hicieron lo mismo. Por eso el Faraón persistió en su obstinación y no los escuchó, como el Señor lo había predicho. (Exodo 7, 22)

  • Mientras tanto, los egipcios se pusieron a cavar en los alrededores del Nilo, en busca de agua potable, porque no podían beber el agua del río. (Exodo 7, 24)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina