Encontrados 46 resultados para: quinto

  • Y por haber sido infieles al Señor, en el año quinto del rey Roboám, subió contra Jerusalén Sisac, rey de Egipto, (II Crónicas 12, 2)

  • Esdras llegó a Jerusalén en el quinto mes del séptimo año del reinado de Artajerjes. (Esdras 7, 8)

  • Él había decidido salir de Babilonia el primer día del primer mes, y llegó a Jerusalén el primer día del quinto mes, porque la mano bondadosa del Señor, su Dios, estaba sobre él. (Esdras 7, 9)

  • En seguida trajeron al quinto y comenzaron a torturarlo. (II Macabeos 7, 15)

  • Pero al amanecer del quinto día, veinte jóvenes de las tropas del Macabeo, enfurecidos por las blasfemias, saltaron virilmente sobre la muralla y, con ímpetu salvaje, mataban a todos los que se les ponían delante. (II Macabeos 10, 35)

  • También los romanos enviaron a los judíos la siguiente carta: "Quinto Memio y Tito Manio, legados de los romanos, saludan al pueblo de los judíos. (II Macabeos 11, 34)

  • y también en los días de Joaquím, hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del undécimo año de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, es decir, hasta la deportación de Jerusalén en el quinto mes. (Jeremías 1, 3)

  • Aquel mismo año, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, el cuarto año, en el quinto mes, Ananías, hijo de Azur, que era un profeta de Gabaón, me habló así en la Casa del Señor, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo: (Jeremías 28, 1)

  • El quinto año de Joaquím, hijo de Josías, rey de Judá, en el noveno mes, se convocó para un ayuno delante del Señor a todo el pueblo de Jerusalén y a todo el pueblo que llegaba de las ciudades de Judá a Jerusalén. (Jeremías 36, 9)

  • El día diez del quinto mes -era el decimonoveno año de Nabucodonosor, rey de Babilonia- Nebuzaradán, comandante de la guardia, que prestaba servicio ante el rey de Babilonia, entró en Jerusalén. (Jeremías 52, 12)

  • en el año quinto, el séptimo día del mes, en la época en que los caldeos habían tomado Jerusalén y la habían incendiado. (Baruc 1, 2)

  • El año treinta, el día quinto del cuarto mes, mientras me encontraba en medio de los deportados, a orillas del río Quebar, se abrió el cielo y tuve visiones divinas. (Ezequiel 1, 1)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina