Encontrados 281 resultados para: pueblos

  • Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan sobre la tierra: "¡Tengan ustedes paz en abundancia! (Daniel 6, 26)

  • Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido. (Daniel 7, 14)

  • Efraím se mezcla con los pueblos, es un pastel cocido a medias. (Oseas 7, 8)

  • ¡No te alegres, Israel, no te regocijes como los pueblos! Porque te has prostituido lejos de tu Dios y has amado el salario de las prostitutas sobre todas las eras de trigo. (Oseas 9, 1)

  • Yo los corregiré como me parezca: los pueblos se reunirán contra ellos, cuando sean corregidos por su doble crimen. (Oseas 10, 10)

  • Ante él, los pueblos se estremecen, se crispan todos los rostros. (Joel 2, 6)

  • Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: "¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?". (Joel 2, 17)

  • ¡Yo te hago pequeño entre los pueblos, tú eres el más despreciado! (Abdías 1, 2)

  • ¡Escuchen, todos los pueblos; presten atención, tierra y todo lo que hay en ella! Que el Señor sea testigo contra ustedes, el Señor, desde su santo Templo. (Miqueas 1, 2)

  • Sucederá al fin de los tiempos qu e la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Los pueblos afluirán hacia ella (Miqueas 4, 1)

  • Él será juez entre pueblos numerosos y árbitro de naciones poderosas, hasta las más lejanas. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. (Miqueas 4, 3)

  • Todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de su dios; pero nosotros caminamos en el nombre del Señor, nuestro Dios, por siempre jamás. (Miqueas 4, 5)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina