Encontrados 45 resultados para: provincia

  • En cada provincia, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, había un gran duelo entre los judíos, con ayunos, lágrimas y lamentaciones. Y el sayal y la ceniza sirvieron de lecho para muchos. (Ester 4, 3)

  • Los secretarios del rey fueron convocados en aquel mismo momento, el día veintitrés del tercer mes, que es el mes de Siván. Y tal como lo ordenó Mardoqueo, se redactó un documento dirigido a los judíos, a los prefectos, los gobernadores y los jefes de las provincias -eran ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía- a cada provincia en su propia escritura y a cada pueblo en su propia lengua, y también a los judíos en su escritura y su lengua. (Ester 8, 9)

  • En dichos documentos, el rey facultaba a los judíos, en cualquier ciudad donde estuvieran, a reunirse y defender sus vidas, a destruir, matar y eliminar, incluyendo a los niños y mujeres, a toda la gente armada de cualquier provincia o pueblo que los atacaran, y también a saquear sus bienes. (Ester 8, 11)

  • Una copia del documento debía ser promulgada con fuerza de ley en cada provincia y comunicada a todos los pueblos, de manera que los judíos estuvieran preparados aquel día para vengarse de sus enemigos. (Ester 8, 13)

  • En cada provincia y en cada ciudad, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, los judíos se sentían desbordantes de gozo y alegría, y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos entre la gente del país se profesaban judíos, porque el temor a los judíos se había apoderado de ellos. (Ester 8, 17)

  • Estos días son conmemorados y celebrados de generación en generación, en cada familia, en cada provincia y en cada ciudad. Y estos días de "Purím" nunca dejarán de ser festejados entre los judíos, ni se borrará su recuerdo entre sus descendientes. (Ester 9, 28)

  • "El Gran Rey Artajerjes a los gobernadores de provincia de las ciento veintisiete regiones, desde la India hasta Etiopía, a los que se preocupan de nuestros intereses, ¡salud! (Ester 16, 2)

  • Cualquier ciudad o provincia en general que no obre de acuerdo con estas prescripciones, será arrasada sin piedad a sangre y fuego: no sólo resultará intransitable para los hombres, sino que hasta las fieras salvajes y los pájaros le tendrán repulsión para siempre". (Ester 16, 24)

  • Luego puso la provincia en manos de Álcimo, dejando un destacamento a su disposición, y regresó adonde estaba el rey. (I Macabeos 7, 20)

  • Los tres distritos de la provincia de Samaría, incorporados a Judea, quedarán anexados definitivamente a ella y considerados como parte suya, de manera que dependan de un solo jefe y no estén sometidos a otra autoridad que la del Sumo Sacerdote. (I Macabeos 10, 38)

  • Si ves que en la provincia se oprime al pobre y se violan el derecho y la justicia, no te sorprendas por eso. Porque un grande tiene un superior que lo vigila, y hay otros grandes por encima de ellos. (Eclesiastés 5, 7)

  • Alguno de ellos tiene un cetro como un gobernador de provincia, pero no puede matar al que lo ofende. (Baruc 6, 12)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina