Encontrados 31 resultados para: protección divina

  • porque muy pronto un hombre irreprochable salió en su defensa, con las armas de su propio ministerio: la oración y el incienso expiatorio. Él afrontó la cólera divina y puso fin a la calamidad, demostrando así que era tu servidor. (Sabiduría 18, 21)

  • Él venció la animosidad divina, no con la fuerza del cuerpo ni con el poder de las armas, sino que, por medio de la palabra, hizo entrar en razón al que infligía el castigo, recordándole las alianzas y los juramentos hechos a los Padres. (Sabiduría 18, 22)

  • Cuando los cadáveres yacían amontonados unos sobre otros, él se interpuso, contuvo la cólera divina y le cerró el camino hacia los que aún vivían. (Sabiduría 18, 23)

  • El temor del Señor aleja los pecados: el que persevera en él aparta la ira divina. (Eclesiástico 1, 21)

  • La oración del pobre va de su boca a los oídos del Señor, y la sentencia divina no se hace esperar. (Eclesiástico 21, 5)

  • Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. (Isaías 12, 2)

  • tú que decías en tu corazón: "Subiré a los cielos; por encima de las estrellas de Dios erigiré mi trono, me sentaré en la montaña de la asamblea divina, en los extremos del norte; (Isaías 14, 13)

  • El amparo del Faraón será su vergüenza y la protección a la sombra de Egipto, su confusión. (Isaías 30, 3)

  • Extendió algo así como una mano y me tomó por un mechón de mis cabellos. Un espíritu me levantó entre la tierra y el cielo y me llevó en una visión divina a Jerusalén, hasta la entrada de la puerta interior que da hacia el norte, allí donde está emplazado el Ídolo de los celos que provoca los celos de Dios. (Ezequiel 8, 3)

  • En una visión divina, me llevó a la tierra de Israel y me posó sobre una montaña muy alta, sobre la que había algo así como las construcciones de una ciudad, al sur. (Ezequiel 40, 2)

  • Pero con la protección de Dios, he podido hasta el día de hoy seguir dando testimonio ante los pequeños y los grandes. Y nunca dije nada fuera de lo que los Profetas y Moisés anunciaron que iba a suceder, (Hechos 26, 22)

  • Cuando los habitantes del lugar vieron el reptil enroscado en su mano, comenzaron a decir entre sí: «Este hombre es seguramente un asesino: se ha salvado del mar, y ahora la justicia divina no le permite sobrevivir». (Hechos 28, 4)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina