Encontrados 37 resultados para: prohibición de alimentos

  • Así el país tendrá una reserva de alimentos para los siete años de hambre que vendrán sobre Egipto, y no morirá de inanición". (Génesis 41, 36)

  • y comenzaron los siete años de hambre, como José lo había anticipado. En todos los países se sufría hambre, pero en Egipto había alimentos. (Génesis 41, 54)

  • Como la escasez era muy grande, en ningún país había alimentos, y tanto Egipto como Canaán estaban exhaustos por el hambre. (Génesis 47, 13)

  • Los únicos terrenos que José no compró fueron los que pertenecían a los sacerdotes, porque a ellos el Faraón les había asignado una ración fija de alimentos; como vivían de la ración que les daba el Faraón, no tuvieron que vender sus tierras. (Génesis 47, 22)

  • Si presentas una oblación de alimentos cocidos al horno, la ofrenda será de harina de la mejor calidad, preparada en forma de panes sin levadura amasados con aceite, o de galletas sin levadura untadas con aceite. (Levítico 2, 4)

  • Si ofreces una oblación de alimentos fritos a la sartén, la harina estará amasada con aceite y no llevará levadura. (Levítico 2, 5)

  • Si ofreces una oblación de alimentos cocidos a la cacerola, la ofrenda deberá estar hecha con harina de la mejor calidad y con aceite. (Levítico 2, 7)

  • Transmite esta orden a los is-raelitas: Pongan cuidado de presentarme a su debido tiempo la ofrenda de alimentos que me pertenece, los sacrificios que se queman con aroma agradable a mí. (Números 28, 2)

  • Así lo harán cada uno de esos siete días. Es una ofrenda de alimentos, que se quema con aroma agradable al Señor, y se añade al holocausto perpetuo y a su oblación. (Números 28, 24)

  • ¿Acaso el oído no discierne las palabras como el paladar gusta los alimentos? (Job 12, 11)

  • Porque el oído discierne las palabras como el paladar gusta los alimentos. (Job 34, 3)

  • Sin embargo, muchos israelitas se mantuvieron firmes y tuvieron el valor de no comer alimentos impuros; (I Macabeos 1, 62)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina