Encontrados 241 resultados para: profetas

  • Hay una conjuración de profetas en medio de ella. Como un león rugiente que despedaza la presa, han devorado a la gente, se han apoderado de las riquezas y objetos preciosos y han multiplicado las viudas en la ciudad. (Ezequiel 22, 25)

  • Sus profetas los recubren con cal, proponiendo falsas visiones y predicciones engañosas. Ellos dicen: "Así habla el Señor", cuando el Señor no había hablado. (Ezequiel 22, 28)

  • Así habla el Señor: Sí, tú eres aquel de quien yo hablé antiguamente por medio de mis servidores, los profetas de Israel. En aquellos días, durante años, ellos profetizaron que yo te llevaría contra los israelitas. (Ezequiel 38, 17)

  • No hemos escuchado a tus servidores los profetas, que hablaron en tu Nombre a nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país. (Daniel 9, 6)

  • Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, para seguir sus leyes, que él puso delante de nosotros por medio de sus servidores los profetas. (Daniel 9, 10)

  • Por eso los hice pedazos por medio de los profetas, los hice morir con las palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz. (Oseas 6, 5)

  • Yo hablaré a los profetas y multiplicaré las visiones, y por medio de los profetas, hablaré en parábolas. (Oseas 12, 11)

  • Yo suscité profetas entre sus hijos y nazireos entre sus jóvenes; ¿no es así, israelitas? -oráculo del Señor-. (Amós 2, 11)

  • Pero ustedes hicieron beber vino a los nazireos y ordenaron a los profetas: "¡No profeticen!". (Amós 2, 12)

  • Porque el Señor no hace nada sin revelar su secreto a sus servidores los profetas. (Amós 3, 7)

  • Amós respondió a Amasías: "Yo no soy profeta, ni hijo de profetas, sino pastor y cultivador de sicómoros; (Amós 7, 14)

  • Así habla el Señor contra los profetas que extravían a mi pueblo: Cuando sus dientes tienen algo que morder, ellos gritan: "¡Paz!". Pero al que no les llena la boca, le declaran la guerra santa. (Miqueas 3, 5)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina