Encontrados 23 resultados para: palmeras

  • Después llegaron a Elím, un lugar donde había doce fuentes y setenta palmeras, y allí establecieron su campamento, a orilla de las aguas. (Exodo 15, 27)

  • El primer día ustedes tomarán frutos de los mejores árboles, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos y sauces del río, y se alegrarán en la presencia del Señor, su Dios, durante siete días. (Levítico 23, 40)

  • Partieron de Mará y llegaron a Elím, donde hay doce fuentes y setenta palmeras, y allí acamparon. (Números 33, 9)

  • el Négueb, el Distrito y el valle de Jericó -la Ciudad de las Palmeras- hasta Soar. (Deuteronomio 34, 3)

  • Los del clan de Jobab, el quenita, que había sido suegro de Moisés, subieron con la tribu de Judá desde la ciudad de las Palmeras hasta el desierto de Judá, al sur de Arad, y se establecieron entre los amalecitas. (Jueces 1, 16)

  • Después de aliarse con los amonitas y los amalecitas, Eglón atacó y derrotó a Israel, y se apoderó de la ciudad de las Palmeras. (Jueces 3, 13)

  • Alrededor de todos los muros de la Casa, hizo cincelar figuras de querubines, de palmeras y pimpollos, tanto en el interior como en el exterior del lugar santísimo. (I Reyes 6, 29)

  • Sobre las dos hojas de madera de olivo, hizo cincelar querubines, palmeras y pimpollos; revistió de oro las puertas, y aplicó oro laminado sobre los querubines y las palmeras. (I Reyes 6, 32)

  • Hizo esculpir querubines, palmeras y pimpollos, y los revistió de oro, bien aplicado a los relieves. (I Reyes 6, 35)

  • Sobre las planchas, las manijas y los paneles, Jirám grabó querubines, leones y palmeras, dondequiera había un espacio libre, con bajorrelieves alrededor. (I Reyes 7, 36)

  • A la nave central la revistió de madera de ciprés y luego la recubrió de oro fino, sobre el que hizo representar palmeras y guirnaldas. (II Crónicas 3, 5)

  • y algunos hombres, designados expresamente, se hicieron cargo de los prisioneros: vistieron a los que estaban desnudos con lo que habían recogido en el botín, les dieron ropa y calzado; los alimentaron, les dieron de beber y los perfumaron. Finalmente, los llevaron de vuelta, cargando sobre asnos a los que estaban débiles, y los condujeron hasta Jericó, la ciudad de las Palmeras, junto a sus hermanos. Después regresaron a Samaría. (II Crónicas 28, 15)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina