Encontrados 39 resultados para: pánico

  • Pero una vez que fue trasladada, la mano del Señor se hizo sentir sobre la ciudad y cundió un pánico terrible, porque el Señor hirió a la gente de la ciudad, del más pequeño al más grande, y les brotaron tumores. (I Samuel 5, 9)

  • Luego invitaron a reunirse a todos los príncipes de los filisteos, y estos decían: "Devuelvan el Arca del Dios de Israel; que regrese al lugar donde estaba, y no me haga morir a mí y a mi pueblo". Porque reinaba un pánico mortal en toda la ciudad, tal era el peso con que se hacía sentir la mano del Señor. (I Samuel 5, 11)

  • El pánico cundió en el campamento, en la campaña y entre todo el pueblo; la guarnición y el cuerpo de asalto también quedaron aterrorizados. Tembló la tierra, y reinó el terror de Dios. (I Samuel 14, 15)

  • Cuando el hijo de Saúl se enteró de que Abner había muerto en Hebrón, quedó muy desalentado, y todo Israel fue presa del pánico. (II Samuel 4, 1)

  • Llenos de pánico, todos los invitados de Adonías se levantaron y se fueron cada uno por su lado. (I Reyes 1, 49)

  • El pánico y el terror se apoderaron de todo el litoral: de los habitantes de Sidón y de Tiro, de Sur y de Oquina, y de todos los habitantes de Iamnia. También los de Azoto y Ascalón quedaron despavoridos ante él. (Judit 2, 28)

  • Un pánico indescriptible cundió entre ellos ante la presencia de Holofernes y temblaron por la suerte de Jerusalén y la del Templo del Señor, su Dios. (Judit 4, 2)

  • El terror y el pánico se apoderaron de ellos, y ni un solo hombre permaneció al lado de su compañero; todos se desbandaron, escapando apresuradamente por todos los senderos de la llanura y de la montaña. (Judit 15, 2)

  • En su cerviz reside la fuerza y cunde el pánico delante de él. (Job 41, 14)

  • Infúndeles pánico, Señor, para que aprendan que no son más que hombres. Pausa (Salmos 9, 21)

  • me invaden el temor y el temblor, y el pánico se apodera de mí. (Salmos 55, 6)

  • Así Judas y sus hermanos comenzaron a ser temidos, y el pánico se extendió por las naciones vecinas. (I Macabeos 3, 25)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina