Encontrados 37 resultados para: orillas

  • Allí, a orillas del río Ahavá, proclamé un ayuno, para humillarnos delante de nuestro Dios, a fin de pedirle un feliz viaje para nosotros y nuestros hijos y para todos nuestros bienes. (Esdras 8, 21)

  • El día doce del primer mes, partimos de las orillas del río Ahavá para ir a Jerusalén. La mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y él nos preservó durante la marcha de los ataques enemigos y de las emboscadas. (Esdras 8, 31)

  • El joven partió con el ángel, y el perro los seguía. Caminaron los dos y, al llegar la primera noche, acamparon a orillas del río Tigris. (Tobías 6, 1)

  • Entre tanto, los edomitas y los amonitas subieron para acampar en la colina situada frente a Dotaim y enviaron a algunos de ellos hacia el sur y hacia el este, frente a Egrebel, que está cerca de Cus, a orillas del torrente Mocmur. El resto del ejército asirio tomó posiciones en la llanura, cubriendo toda la superficie de la región. Sus tiendas de campaña y sus equipajes formaban un inmenso campamento, porque era una enorme multitud. (Judit 7, 18)

  • En los sauces de las orillas teníamos colgadas nuestras cítaras. (Salmos 137, 2)

  • El rey de Egipto reunió un ejército tan numeroso como la arena que hay a orillas del mar y una gran flota, porque pretendía apoderarse con astucia del reino de Alejandro y unirlo al suyo. (I Macabeos 11, 1)

  • Antíoco lo persiguió y Trifón se refugió en Dora, a orillas del mar, (I Macabeos 15, 11)

  • por eso, el Señor hace subir contra ellos las aguas torrenciales y caudalosas del Río -el rey de Asiria con toda su gloria-. Él rebasará todos sus cauces, desbordará por todas sus orillas, (Isaías 8, 7)

  • El más ágil no puede huir ni escapa el más valiente: al norte, a orillas del Éufrates, ellos tropiezan y caen. (Jeremías 46, 6)

  • El año treinta, el día quinto del cuarto mes, mientras me encontraba en medio de los deportados, a orillas del río Quebar, se abrió el cielo y tuve visiones divinas. (Ezequiel 1, 1)

  • la palabra del Señor llegó a Ezequiel, hijo del sacerdote Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Quebar. Allí la mano del Señor descendió sobre él. (Ezequiel 1, 3)

  • Así llegué a Tel Aviv, junto a los deportados, que habitaban a orillas del río Quebar; y allí permanecí siete días como aturdido en medio de ellos. (Ezequiel 3, 15)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina