Encontrados 268 resultados para: orden

  • Una parte del ejército real se había alineado en lo alto de la montaña, y la otra en el valle. Todos avanzaban con paso seguro y en perfecto orden. (I Macabeos 6, 40)

  • Lo envió junto con el impío Álcimo, a quien confirió el sumo sacerdocio, y le dio la orden de tomar represalias contra los israelitas. (I Macabeos 7, 9)

  • El rey envió entonces a Nicanor, uno de sus generales más distinguidos y enemigo acérrimo de Israel, con la orden expresa de exterminar al pueblo. (I Macabeos 7, 26)

  • Antes bien, han creado un Senado, donde cada día sesionan trescientos veinte senadores, que deliberan constantemente sobre los asuntos del pueblo, a fin de asegurar el orden público. (I Macabeos 8, 15)

  • sufrió un ataque y la obra se detuvo. Él perdió el habla y la boca le quedó paralizada, de manera que no pudo hablar más ni dar ninguna orden en lo referente a su casa. (I Macabeos 9, 55)

  • Entonces se dirigió a Siria con pretextos pacíficos, y los habitantes de las ciudades le abrían las puertas y salían a su encuentro, porque Alejandro había dado orden de recibirlo, ya que era su suegro. (I Macabeos 11, 2)

  • Una vez cumplida esta orden, y pasado algún tiempo, el sol, oculto antes detrás de las nubes, volvió a brillar y se encendió una hoguera tan grande que todos quedaron maravillados. (II Macabeos 1, 22)

  • el rey, después de cerciorarse del asunto, dio orden de cercar el lugar, declarándolo sagrado. (II Macabeos 1, 34)

  • En una audiencia con el rey, Apolonio lo puso al tanto de las riquezas que la habían sido denunciadas, y el rey designó a Heliodoro, su encargado de negocios, y lo envió con la orden de incautarse de aquellos tesoros. (II Macabeos 3, 7)

  • El rey partió apresuradamente para poner las cosas en orden, dejando en su lugar a Andrónico, uno de los grandes dignatarios. (II Macabeos 4, 31)

  • regimientos de caballería en orden de batalla, ataques e incursiones de una y otra parte, movimientos de escudos, nubes de lanzas, disparos de flechas, destellos de guarniciones de oro y corazas de toda clase. (II Macabeos 5, 3)

  • Antíoco envió a Apolonio, jefe de los mercenarios de Misia, con un ejército de veintidós mil soldados, dándole la orden de degollar a todos los hombres adultos y de vender a las mujeres y a los niños. (II Macabeos 5, 24)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina