Encontrados 3262 resultados para: ora

  • Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, allí donde tú ungiste una piedra conmemorativa y me hiciste un voto. Ahora levántate, sal de este país, y regresa a tu tierra natal’". (Génesis 31, 13)

  • De todas maneras, está bien: tú te has ido porque añorabas tu casa paterna. Pero ¿por qué robaste mis dioses?". (Génesis 31, 30)

  • Y en lo que respecta a tus dioses, si llegas a encontrarlos en poder de alguno de nosotros, ese no quedará con vida. Revisa bien, en presencia de nuestros hermanos, a ver si hay aquí algo que te pertenece, y llévatelo". Por supuesto, Jacob ignoraba que Raquel los había robado. (Génesis 31, 32)

  • Labán replicó a Jacob: "Estas mujeres son mis hijas, y estos muchachos, mis nietos; y también es mío el rebaño. Todo lo que ves me pertenece. Pero ¿qué puedo hacer ahora contra mis hijas y mis nietos? (Génesis 31, 43)

  • Entonces Jacob tomó una piedra y la erigió como piedra conmemorativa. (Génesis 31, 45)

  • Después Labán declaró: "Este montón de piedras será siempre un testigo entre tú y yo, como lo es ahora". Por eso lo llamó Galed. (Génesis 31, 48)

  • Luego añadió: "Mira este montón de piedras, y mira la piedra conmemorativa que yo erigí entre tú y yo: (Génesis 31, 51)

  • una y otra cosa serán testigos de que ninguno de los dos iremos más allá de este montón de piedras y de esta piedra conmemorativa, con malas intenciones. (Génesis 31, 52)

  • dándoles esta orden: "Digan a mi señor Esaú: Así habla tu servidor Jacob: Fui a pasar un tiempo a la casa de Labán, y me quedé allí hasta ahora. (Génesis 32, 5)

  • Pero los mensajeros regresaron con esta noticia: "Fuimos a ver a tu hermano Esaú, y ahora viene a tu encuentro acompañado de cuatrocientos hombres". (Génesis 32, 7)

  • Después pronunció esta oración: "Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac, Señor, que me dijiste: ‘Regresa a tu tierra natal y seré bondadoso contigo’, (Génesis 32, 10)

  • yo soy indigno de las gracias con que has favorecido constantemente a tu servidor. Porque cuando crucé el Jordán, no tenía nada más que mi bastón, y ahora he podido formar dos campamentos. (Génesis 32, 11)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina