Encontrados 53 resultados para: ocho

  • Este tenía noventa y ocho años; había perdido la vista y no podía ver. (I Samuel 4, 15)

  • David era hijo de aquel Efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que tenía ocho hijos. En tiempos de Saúl, Jesé era ya un hombre viejo, de edad avanzada, (I Samuel 17, 12)

  • Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. (II Reyes 8, 17)

  • Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. Su madre se llamaba Iedidá, hija de Adaías, y era de Boscat. (II Reyes 22, 1)

  • también dejó a Obededón y a sus sesenta y ocho hermanos. Obededóm, hijo de Iedutún, y Josá eran porteros. (I Crónicas 16, 38)

  • Entre los hijos de Eleazar, había más varones que entre los hijos de Itamar, y por eso, al ser divididos, los jefes de familia fueron dieciséis entre los hijos de Eleazar, y ocho entre los hijos de Itamar. (I Crónicas 24, 4)

  • Eran doscientos ochenta y ocho en total, contando a sus hermanos, todos los cuales habían sido instruidos y eran expertos en el canto del Señor. (I Crónicas 25, 7)

  • Jorám tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. (II Crónicas 21, 5)

  • Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. Se fue sin que lo lloraran, y lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes. (II Crónicas 21, 20)

  • El primer día del primer mes comenzaron la purificación, y al octavo día llegaron al Vestíbulo del Santuario. Emplearon otros ocho días en purificar la Casa del Señor, de manera que la purificación quedó concluida el día dieciséis del primer mes. (II Crónicas 29, 17)

  • Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. (II Crónicas 34, 1)

  • El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al despuntar el alba (I Macabeos 4, 52)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina