Encontrados 25 resultados para: obstinado

  • El Señor dijo a Moisés: "El Faraón está obstinado y se resiste a dejar partir al pueblo. (Exodo 7, 14)

  • Como el Faraón se había obstinado en no dejarnos partir, el Señor hizo morir a todos los primogénitos de Egipto, hombres y animales. Por eso yo inmolo al Señor todos los primogénitos machos de mi ganado, y rescato a mi hijo primogénito". (Exodo 13, 15)

  • Luego le siguió diciendo: "Ya veo que este es un pueblo obstinado. (Exodo 32, 9)

  • para que puedas entrar en la tierra que mana leche y miel. Pero yo no subiré en medio de ti, porque tú eres un pueblo obstinado, y tendría que exterminarte en el camino". (Exodo 33, 3)

  • Luego el Señor dijo a Moisés: "Di a los israelitas: ‘Ustedes son un pueblo obstinado. Bastaría que yo subiera un solo instante en medio de ustedes, para tener que exterminarlos. Ahora quítense sus adornos, y después veré qué hago con ustedes’". (Exodo 33, 5)

  • diciendo: "Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia". (Exodo 34, 9)

  • Reconoce, entonces, que el Señor no te da la posesión de esa hermosa tierra a causa de tu justicia, porque tú eres un pueblo obstinado. (Deuteronomio 9, 6)

  • Después agregó: "Ya veo que este es un pueblo obstinado. (Deuteronomio 9, 13)

  • Feliz el hombre que siempre teme al Señor, pero el obstinado caerá en la desgracia. (Proverbios 28, 14)

  • El hombre obstinado termina mal, y el que ama el peligro perecerá en él. (Eclesiástico 3, 26)

  • El corazón obstinado soportará muchos males, y el pecador acumula un pecado sobre otro. (Eclesiástico 3, 27)

  • Aunque fuera uno solo el hombre obstinado, sería un milagro que quedara impune, porque en él está la misericordia, pero también la ira, es tan fuerte para el perdón como pródigo para la ira. (Eclesiástico 16, 11)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina