Encontrados 936 resultados para: muros de Jerusalén

  • el Sumo Sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa ciudad, para que fueran castigados. (Hechos 22, 5)

  • De vuelta a Jerusalén, mientras oraba en el Templo, caí en éxtasis (Hechos 22, 17)

  • y vi al Señor que me decía: "Aléjate rápidamente de Jerusalén, porque ellos no recibirán el testimonio que tú darás de mí". (Hechos 22, 18)

  • A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: «Ánimo, así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, también tendrás que darlo en Roma». (Hechos 23, 11)

  • Como tú mismo puedes averiguarlo, no hace todavía doce días que subí en peregrinación a Jerusalén (Hechos 24, 11)

  • Félix, que estaba muy bien informado de todo lo concerniente al Camino del Señor, postergó la causa, diciendo: «Cuando descienda de Jerusalén el tribuno Lisias, me expediré en este asunto». (Hechos 24, 22)

  • Tres días después de haberse hecho cargo de su provincia, Festo subió de Cesarea a Jerusalén. (Hechos 25, 1)

  • y le pidieron la gracia de que lo hiciera trasladar a Jerusalén. En realidad preparaban una emboscada para matarlo en el camino. (Hechos 25, 3)

  • Festo permaneció en Jerusalén unos ocho o diez días, y luego bajó a Cesarea. Al día siguiente, se sentó en el tribunal e hizo comparecer a Pablo. (Hechos 25, 6)

  • En cuanto llegó, los judíos venidos de Jerusalén lo rodearon, y presentaron contra él numerosas y graves acusaciones que no podían probar. (Hechos 25, 7)

  • Festo, queriendo congraciarse con los judíos, se dirigió a Pablo y le dijo: «¿Quieres subir a Jerusalén para ser juzgado allí en mi presencia?». (Hechos 25, 9)

  • y durante mi estadía en Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, presentaron quejas pidiendo su condena. (Hechos 25, 15)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina