Encontrados 118 resultados para: muralla de Jericó

  • y los israelitas entraron a pie en el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla a derecha e izquierda. (Exodo 14, 22)

  • Los israelitas, en cambio, fueron caminando por el cauce seco del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda. (Exodo 14, 29)

  • Luego los israelitas reanudaron la marcha y fueron a acampar en las estepas de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó. (Números 22, 1)

  • Entonces Moisés y el sacerdote Eleazar dieron las instrucciones correspondientes, en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó, (Números 26, 3)

  • Estas son las personas registradas por Moisés y el sacerdote Eleazar, cuando hicieron el censo de los israelitas en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó. (Números 26, 63)

  • y se lo llevaron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a toda la comunidad de los israelitas, que estaban acampados en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó. (Números 31, 12)

  • Partieron de las montañas de Abarím y acamparon en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó. (Números 33, 48)

  • El Señor dijo a Moisés en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó: (Números 33, 50)

  • esas dos tribus y media recibieron su propiedad hereditaria al otro lado del Jordán, al este de Jericó, en la parte oriental. (Números 34, 15)

  • El Señor dijo a Moisés en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó: (Números 35, 1)

  • Estos son los mandamientos y las leyes que el Señor dio a los israelitas por medio de Moisés, en las estepas de Moab, junto al Jordán, a la altura de Jericó. (Números 36, 13)

  • "Sube a esa montaña de los Abarím, al monte Nebo que está en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy en propiedad a los israelitas. (Deuteronomio 32, 49)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina