Encontrados 631 resultados para: mujer estéril

  • Habla en estos términos a los israelitas: Cuando una mujer quede embarazada y dé a luz un varón, será impura durante siete días, como lo es en el tiempo de su menstruación. (Levítico 12, 2)

  • El sacerdote lo presentará delante del Señor y practicará el rito de expiación en favor de ella. Así quedará purificada de su pérdida de sangre. Este es el ritual concerniente a la mujer que da a luz un niño o una niña. (Levítico 12, 7)

  • Si un hombre o una mujer tienen una afección en la cabeza o en el mentón, (Levítico 13, 29)

  • Si un hombre o una mujer tienen en la piel manchas lustrosas de color blanco, (Levítico 13, 38)

  • Y si un hombre tiene relaciones sexuales con su mujer, los dos se bañarán con agua y serán impuros hasta la tarde. (Levítico 15, 18)

  • Cuando una mujer tenga su menstruación, será impura durante siete días, y el que la toque será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 19)

  • Si un hombre se acuesta con ella, la impureza de la mujer se transmite a él; será impuro durante siete días, y cualquier lecho sobre el que se acueste, será impuro. (Levítico 15, 24)

  • Cuando una mujer tenga un flujo de sangre durante varios días, fuera del período menstrual, o cuando la menstruación se prolongue más de lo debido, será impura mientras dure el flujo, como lo es durante la menstruación. (Levítico 15, 25)

  • Una vez que cese el flujo, la mujer contará siete días, y después será pura. (Levítico 15, 28)

  • El sacerdote los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto. De esta manera, practicará el rito de expiación delante del Señor, en favor de esa mujer, a causa de la impureza de su flujo. (Levítico 15, 30)

  • a la mujer indispuesta debido a su menstruación; al hombre o a la mujer que padecen de flujo; y al hombre que se acuesta con una mujer impura. (Levítico 15, 33)

  • Ninguno de ustedes se acercará a una mujer de su propia sangre para tener relaciones con ella. Yo soy el Señor. (Levítico 18, 6)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina