Encontrados 29 resultados para: montón

  • Yo ordeno asimismo: Si alguien no cumple este edicto, se arrancará una viga de su casa y se lo ajusticiará sobre ella. Luego, se reducirá su casa a un montón de escombros, a causa de este delito. (Esdras 6, 11)

  • y dijo delante de sus hermanos y de las tropas de Samaría: "¿Qué pretenden hacer esos judíos incapaces? ¿Piensan acaso reconstruir, ofrecer sacrificios, terminar en un día? ¿Harán revivir esas piedras extraídas de un montón de escombros y todas calcinadas?". (Nehemías 3, 34)

  • entonces el Todopoderoso será tu oro, él será un montón de plata para ti. (Job 22, 25)

  • Salmo de Asaf. Señor, los paganos invadieron tu herencia, profanaron tu santo Templo, hicieron de Jerusalén un montón de ruinas; (Salmos 79, 1)

  • Una banda de malhechores es como un montón de estopa, y su fin es la llama del fuego. (Eclesiástico 21, 9)

  • El perezoso se parece a un montón de estiércol: el que los levanta se sacude las manos. (Eclesiástico 22, 2)

  • Entonces un hombre agarrará a su hermano en la casa de su padre, y le dirá: "Tú tienes un manto, sé nuestro jefe; que este montón de ruinas esté bajo tu mando". (Isaías 3, 6)

  • Oráculo sobre Damasco. ¡Miren! Damasco ya no será una ciudad, se ha convertido en un montón de ruinas. (Isaías 17, 1)

  • Has hecho de la ciudad un montón de escombros, de la ciudad fortificada, una ruina. La ciudadela enemiga ya no es una ciudad, nunca más será reconstruida. (Isaías 25, 2)

  • ¿No lo has oído? Hace mucho tiempo que lo he preparado: lo he planeado desde los tiempos antiguos y ahora lo llevo a cabo. Así, tú has reducido a un montón de ruinas las ciudades fortificadas. (Isaías 37, 26)

  • Yo haré de Jerusalén un montón de escombros, una guarida de chacales, reduciré las ciudades de Judá a una desolación, sin ningún habitante. (Jeremías 9, 10)

  • Pero si ustedes no escuchan estas palabras, juro por mí mismo -oráculo del Señor- que esta Casa se convertirá en un montón de ruinas. (Jeremías 22, 5)


“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina