Encontrados 1063 resultados para: mil
Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, (I Corintios 1, 22)
Porque, aunque tengan diez mil preceptores en Cristo, no tienen muchos padres: soy yo el que los ha engendrado en Cristo Jesús, mediante la predicación de la Buena Noticia. (I Corintios 4, 15)
No forniquemos, como algunos de ellos, y por eso, en castigo, murieron veintitrés mil en un solo día. (I Corintios 10, 8)
a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas. (I Corintios 12, 10)
En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. (I Corintios 12, 28)
¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? (I Corintios 12, 29)
Sin embargo, cuando estoy en la asamblea prefiero decir cinco palabras inteligibles, para instruir a los demás, que diez mil en un lenguaje incomprensible. (I Corintios 14, 19)
Y Dios da a cada semilla la forma que él quiere, a cada clase de semilla, el cuerpo que le corresponde. (I Corintios 15, 38)
se siembran cuerpos humillados y resucitarán gloriosos; se siembran cuerpos débiles y resucitarán llenos de fuerza; (I Corintios 15, 43)
Una recomendación más, hermanos. Ustedes saben que Estéfanas y su familia -los primeros que abrazaron la fe en Acaya- han decidido consagrarse al servicio de los hermanos. (I Corintios 16, 15)
sea que nos encontremos en la gloria, o que estemos humillados; que gocemos de buena o de mala fama; que seamos considerados como impostores, cuando en realidad somos sinceros; (II Corintios 6, 8)
El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia. (II Corintios 9, 10)