Encontrados 38 resultados para: mar de metal fundido

  • Él le devolvió los mil cien siclos de plata, y su madre dijo: "Yo había consagrado solemnemente esa plata al Señor, en favor de mi hijo, para hacer una estatua revestida de metal fundido". (Jueces 17, 3)

  • Así, cuando él devolvió la plata a su madre, ella tomó doscientos siclos de plata y se los entregó al orfebre. Este hizo una estatua revestida de metal fundido, y la pusieron en la casa de Miqueas. (Jueces 17, 4)

  • Entonces tomaron la palabra los cinco hombres que habían ido a explorar la región de Lais, y dijeron a sus hermanos: "¿Saben lo que hay en esas casas? Hay un efod, unos ídolos familiares y una estatua de metal fundido. Ahora vean lo que tienen que hacer". (Jueces 18, 14)

  • los cinco hombres que habían ido a explorar el país se introdujeron en la casa y tomaron la estatua de metal fundido, el efod y los ídolos familiares. Mientras tanto, el sacerdote permanecía de pie junto a la puerta de entrada, con los seiscientos hombres armados. (Jueces 18, 17)

  • Al ver que habían entrado en la casa de Micá y habían tomado la estatua de metal fundido, el efod y los ídolos familiares, el sacerdote les dijo: "¿Qué están haciendo?". (Jueces 18, 18)

  • Él hizo además dos capiteles para colocarlos arriba de las columnas; estos eran de bronce fundido. La altura del primer capitel era de dos metros y medio, y el segundo tenía la misma altura. (I Reyes 7, 16)

  • Él hizo además el Mar de metal fundido, que medía cinco metros de diámetro y tenía forma circular; su altura era de dos metros y medio, y una cuerda de quince metros medía su circunferencia. (I Reyes 7, 23)

  • Las ruedas estaban hechas como una rueda de carro. Sus ejes, sus llantas, sus rayos y sus cubos eran todos de metal fundido. (I Reyes 7, 33)

  • Fue así como él hizo los diez soportes: cada uno con el mismo metal, la misma dimensión y el mismo diseño. (I Reyes 7, 37)

  • Tú, en cambio, has obrado peor que todos tus predecesores; has ido a fabricarte otros dioses, ídolos de metal fundido, para provocar mi indignación, y me has arrojado a tus espaldas. (I Reyes 14, 9)

  • Abandonaron todos los mandamientos del Señor, su Dios, y se hicieron ídolos de metal fundido -¡dos terneros!- erigieron un poste sagrado, se postraron delante de todo el Ejército de los cielos y sirvieron a Baal. (II Reyes 17, 16)

  • Fue en aquel tiempo cuando Ezequías desmanteló las puertas del Templo del Señor y los soportes que el mismo Ezequías, rey de Judá, había recubierto de metal, para entregarlos al rey de Asiria. (II Reyes 18, 16)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina