Encontrados 268 resultados para: lluvia de piedras

  • él ordenó: "Hagan rodar unas piedras bien grandes hasta la entrada de la caverna, y dejen allí apostados a unos cuantos hombres para que los vigilen. (Josué 10, 18)

  • y a la puesta del sol, Josué mandó que los descolgaran de los árboles. Luego los arrojaron en la cueva donde habían estado escondidos, y a la entrada de la misma, pusieron grandes piedras que todavía están allí. (Josué 10, 27)

  • ¿No estamos en la época de cosechar el trigo? Yo voy a invocar al Señor y él enviará truenos y lluvia; así ustedes reconocerán y verán qué grande es el mal que han cometido a los ojos del Señor, al pedir para ustedes un rey". (I Samuel 12, 17)

  • Samuel invocó al Señor, y aquel día el Señor envió truenos y lluvia. Todo el pueblo sintió un gran temor del Señor y de Samuel. (I Samuel 12, 18)

  • Luego tomó en la mano su bastón, eligió en el torrente cinco piedras bien lisas, las puso en su bolsa de pastor, en la mochila, y con la honda en la mano avanzó hacia el filisteo. (I Samuel 17, 40)

  • y lo mismo sucederá pasado mañana. Por eso, desciende bien abajo, al lugar donde estuviste escondido la otra vez, y quédate junto a aquel montón de piedras. (I Samuel 20, 19)

  • ¡Montañas de Gelboé, que no caiga sobre ustedes rocío ni lluvia, ni se cubran de campos fructíferos! Porque allí fue mancillado el escudo de los héroes, el escudo de Saúl, ungido no con aceite, sino con sangre de heridos y grasas de guerreros. (II Samuel 1, 21)

  • y arrojaba piedras contra David y contra sus servidores, a pesar de que todo el pueblo y todos los guerreros marchaban a la derecha y a la izquierda del rey. (II Samuel 16, 6)

  • David siguió con sus hombres por el camino, mientras Simei iba por la ladera de la montaña, al costado de él; y a medida que avanzaba, profería maldiciones, arrojaba piedras y levantaba polvo. (II Samuel 16, 13)

  • Luego tomaron a Absalón, lo arrojaron en un gran pozo, en plena foresta, y pusieron encima un enorme montón de piedras. Mientras tanto, todo Israel huyó, cada uno a su carpa. (II Samuel 18, 17)

  • es como la luz matinal al salir el sol, en una mañana sin nubes: con ese resplandor, después de la lluvia, brota la hierba de la tierra. (II Samuel 23, 4)

  • El rey mandó extraer grandes bloques de piedras, bien seleccionadas, para poner con piedras talladas los cimientos de la Casa. (I Reyes 5, 31)


“Quando Jesus vem a nós na santa comunhão, encontra alegria em Sua criatura. Por nossa parte, procuremos Nele a nossa alegria.” São Padre Pio de Pietrelcina