Encontrados 69 resultados para: llamada
El hijo de Abubos los recibió dolosamente en la pequeña fortaleza llamada Doc, que él había hecho construir. Allí les sirvió un gran banquete, a la vez que les preparaba una emboscada. (I Macabeos 16, 15)
En efecto, después de haber entrado en la ciudad llamada Persépolis, intentó saquear el templo y apoderarse de la ciudad. Pero el pueblo se amotinó y se defendió con las armas. Antíoco, derrotado por la gente del país, tuvo que emprender una vergonzosa retirada. (II Macabeos 9, 2)
El mismo Timoteo tuvo que refugiarse en una fortaleza muy bien defendida, llamada Guézer, donde gobernaba Quereas. (II Macabeos 10, 32)
Al enterarse de que se acercaba Judas, Timoteo mandó que las mujeres y los niños, junto con el resto del equipaje, se adelantaran hasta la fortaleza llamada Carnión, que era inexpugnable y de difícil acceso, por lo accidentado del terreno. (II Macabeos 12, 21)
Pasada la fiesta llamada de Pentecostés, se dirigieron contra Gorgias, gobernador de Idumea. (II Macabeos 12, 32)
yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos. (Isaías 56, 7)
Las naciones contemplarán tu justicia y todos los reyes verán tu gloria; y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto por la boca del Señor. (Isaías 62, 2)
Y después vienen a presentarse delante de mí en esta Casa que es llamada con mi Nombre, y dicen: "¡Estamos salvados!", a fin de seguir cometiendo todas estas abominaciones. (Jeremías 7, 10)
¿Piensan acaso que es una cueva de ladrones esta Casa que es llamada con mi Nombre? Pero yo también veo claro -oráculo del Señor-. (Jeremías 7, 11)
yo trataré a la Casa que es llamada con mi Nombre, en la cual ustedes han puesto su confianza, y al lugar que les he dado a ustedes lo mismo que a sus padres, de la misma manera que traté a Silo. (Jeremías 7, 14)
Porque la gente de Judá hizo lo que es malo a mis ojos -oráculo del Señor-. Ellos han puesto sus ídolos en la Casa que es llamada con mi Nombre, para hacerla impura; (Jeremías 7, 30)
Porque si yo inflijo un castigo, comenzando por la ciudad que es llamada con mi Nombre, ustedes, ¿van a quedar impunes? No, no quedarán impunes, porque yo llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra -oráculo del Señor de los ejércitos-. (Jeremías 25, 29)