Encontrados 220 resultados para: libro sellado

  • Después puso por escrito estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Además tomó una gran piedra y la erigió allí, al pie de la encina que está en el Santuario del Señor. (Josué 24, 26)

  • Los israelitas clamaron al Señor, y él hizo surgir un salvador que los libró. Este fue Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb. (Jueces 3, 9)

  • Mi padre combatió por ustedes, arriesgó su vida y los libró del poder de Madián, (Jueces 9, 17)

  • Las ciudades que los filisteos habían tomado a Israel fueron reconquistadas, desde Ecrón hasta Gat, e Israel libró su territorio del poder de los filisteos. También hubo paz entre Israel y los amorreos. (I Samuel 7, 14)

  • Samuel expuso al pueblo el derecho de la realeza, y lo escribió en un libro que depositó delante del Señor. Luego Samuel despidió a todo el pueblo, y se fue cada uno a su casa. (I Samuel 10, 25)

  • El Señor envió entonces a Ierubaal, a Bedán, a Jefté y a Samuel; así los libró de sus enemigos de alrededor, y ustedes vivieron seguros. (I Samuel 12, 11)

  • Pero el pueblo replicó a Saúl: "¡Cómo va a morir Jonatán, que ha obtenido esta gran victoria en Israel! ¡De ninguna manera! ¡Por la vida del Señor, no caerá por tierra ni un solo cabello de su cabeza, porque él ha actuado hoy con la ayuda de Dios!". Así el pueblo libró a Jonatán, y él no murió. (I Samuel 14, 45)

  • Hizo proezas, derrotó a Amalec y libró a Israel de aquellos que lo saqueaban. (I Samuel 14, 48)

  • David salvó todo lo que le habían arrebatado los amalecitas y, en especial, libró a sus dos mujeres. (I Samuel 30, 18)

  • y ordenó enseñarlo a la gente de Judá. Es el canto del Arco, y está escrito en el libro del Justo: (II Samuel 1, 18)

  • Aquel día se libró un combate muy encarnizado, y los hombres de Israel cayeron derrotados ante los servidores de David. (II Samuel 2, 17)

  • Pero David respondió a Recab y a su hermano Baaná, los hijos de Rimón de Beerot: "¡Por la vida del Señor, que me libró de todo peligro! (II Samuel 4, 9)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina