Encontrados 25 resultados para: lejanas

  • Y las generaciones futuras -los niños que nacerán después de ustedes y los extranjeros que vendrán de tierras lejanas- verán las calamidades y las enfermedades que el Señor habrá infligido a ese país. (Deuteronomio 29, 21)

  • Los que habitan en las tierras más lejanas temen tus obras prodigiosas; tú haces que canten de alegría el oriente y el occidente. (Salmos 65, 9)

  • que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sebá le traigan regalos; (Salmos 72, 10)

  • tu renombre llegó hasta las costas lejanas y fuiste amado por haber afianzado la paz. (Eclesiástico 47, 16)

  • ¡Tiemblen, pueblos, y espántense; presten atención, regiones lejanas de la tierra! ¡Cíñanse las armas y espántense! ¡Cíñanse las armas y espántense! (Isaías 8, 9)

  • ¿Es esta la ciudad alegre, la de orígenes remotos, cuyos pasos la llevaron a colonias lejanas? (Isaías 23, 7)

  • ¡Silencio delante de mí, costas lejanas, y que los pueblos renueven su fuerza! ¡Que se acerquen y entonces hablen! Comparezcamos juntos a juicio: (Isaías 41, 1)

  • no desfallecerá ni se desalentará hasta implantar el derecho en la tierra, y las costas lejanas esperarán su Ley. (Isaías 42, 4)

  • ¡Canten al Señor un canto nuevo, alábenlo desde los confines de la tierra; resuene el mar y todo lo que hay en él, las costas lejanas y sus habitantes! (Isaías 42, 10)

  • ¡Den gloria al Señor, proclamen su alabanza en la costas lejanas! (Isaías 42, 12)

  • ¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. (Isaías 49, 1)

  • estará cerca mi justicia, mi salvación aparecerá como la luz y mis brazos juzgarán a los pueblos; las costas lejanas esperan en mí y ponen su esperanza en mi brazo. (Isaías 51, 5)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina