Encontrados 26 resultados para: lealtad

  • Se mandaron cartas a todos los judíos de las ciento veintisiete provincias del rey Asuero, con saludos y expresiones de lealtad, (Ester 9, 30)

  • Bien merece la lealtad de su amigo el hombre deshecho que ha perdido el temor a Dios. (Job 6, 14)

  • ¡Sálvanos, Señor, porque ya no hay gente buena, ha desaparecido la lealtad entre los hombres! (Salmos 12, 2)

  • Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; (Salmos 33, 4)

  • están afianzados para siempre y establecidos con lealtad y rectitud. (Salmos 111, 8)

  • Tú impones tus prescripciones con justicia y con absoluta lealtad. (Salmos 119, 138)

  • Sus agresores no recibirán trigo, ni armas, ni dinero, ni naves. Así lo ha establecido Roma. Observarán sus compromisos con lealtad". (I Macabeos 8, 28)

  • El pueblo, al ver la lealtad de Simón y cómo se interesaba por la gloria de su nación, lo constituyó su jefe y Sumo Sacerdote por todos los servicios que había prestado, por la justicia y la fidelidad que manifestó hacia su nación y por haber buscado de todas las formas posibles la exaltación de su pueblo. (I Macabeos 14, 35)

  • Que nunca te abandonen la buena fe y la lealtad: átalas a tu cuello, escríbelas sobre la tabla de tu corazón, (Proverbios 3, 3)

  • Aquel día, el resto de Israel y los sobrevivientes de la casa de Jacob dejarán de apoyarse en aquel que los golpea, y se apoyarán con lealtad en el Señor, el Santo de Israel. (Isaías 10, 20)

  • el trono será afianzado en la fidelidad y sobre él se sentará con lealtad, en la carpa de David, un juez celoso del derecho y dispuesto a hacer justicia. (Isaías 16, 5)

  • Escuchen esto, casa de Jacob, ustedes, que se llaman con el nombre de Israel y salieron de las aguas de Judá; ustedes, que juran por el nombre del Señor e invocan al Dios de Israel, pero sin lealtad ni justicia. (Isaías 48, 1)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina