Encontrados 25 resultados para: langostas

  • las langostas, que no tienen rey, pero avanzan todas en escuadrones; (Proverbios 30, 27)

  • ellos murieron por la picadura de langostas y moscas, y no se podía encontrar un remedio para sus vidas, porque merecían ser castigados por esos animales. (Sabiduría 16, 9)

  • Como arrasa la oruga, se recoge el botín; se abalanzan sobre él, como una bandada de langostas. (Isaías 33, 4)

  • Él está sentado sobre la cúpula de la tierra, donde los habitantes son como langostas. Él extiende los cielos como un tul, los despliega como una carpa para habitar en ellos. (Isaías 40, 22)

  • talan su bosque -oráculo del Señor- aunque era impenetrable. Porque son más numerosos que langostas y no se los puede contar. (Jeremías 46, 23)

  • El Señor de los ejércitos lo juró por sí mismo: "Te llenaré de hombres como de langostas, y entonarán contra ti el canto de los vendimiadores". (Jeremías 51, 14)

  • ¡Levanten un estandarte en el país, toquen la trompeta entre las naciones! Convoquen a las naciones para la guerra santa, recluten a los reinos contra ella: a Ararat, Miní y Asquenaz. Designen oficiales para el reclutamiento, hagan avanzar los caballos como langostas erizadas. (Jeremías 51, 27)

  • El Señor me hizo ver esto: Él formaba langostas, cuando comenzaba a crecer la hierba, la que brota después de la siega destinada al rey. (Amós 7, 1)

  • Tus capitanes son como langostas, tus escribas, como un enjambre de insectos, que se posan sobre los cercos en un día de frío. Sale el sol y se escapan, (Nahún 3, 17)

  • Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. (Mateo 3, 4)

  • Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: (Marcos 1, 6)

  • Del humo salieron langostas que se expandieron por toda la tierra, y estas recibieron un poder como el que tienen los escorpiones de la tierra. (Apocalipsis 9, 3)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina