Encontrados 12 resultados para: joyas

  • Entonces Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron de ellos todo ese oro, todas esas joyas. (Números 31, 51)

  • Hijas de Israel, lloren por Saúl, el que las vestía de púrpura y de joyas y les prendía alhajas de oro en los vestidos. (II Samuel 1, 24)

  • se calzó las sandalias, se puso collares, brazaletes, anillos, aros y todas sus joyas: en una palabra, se embelleció hasta el extremo, para seducir a todos los que la vieran. (Judit 10, 4)

  • una hija de reyes está de pie a tu derecha: es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir. (Salmos 45, 10)

  • Yo desbordo de alegría en el Señor, mi alma se regocija en mi Dios. Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación y me envolvió con el manto de la justicia, como un esposo que se ajusta la diadema y como una esposa que se adorna con sus joyas. (Isaías 61, 10)

  • Pusieron su orgullo en la hermosura de sus joyas e hicieron con ellas las imágenes abominables de sus ídolos. Por eso las convertiré en inmundicia: (Ezequiel 7, 20)

  • Te adorné con joyas, puse brazaletes en tus muñecas y un collar en tu cuello; (Ezequiel 16, 11)

  • Tomaste tus joyas hechas con mi oro y mi plata, que yo te había regalado, y te fabricaste imágenes de hombres con las que te prostituiste. (Ezequiel 16, 17)

  • Yo te entregaré en sus manos. Ellos arrasarán tus colinas y demolerán tus montículos; te despojarán de tus vestidos, te arrebatarán tus joyas y te dejarán completamente desnuda. (Ezequiel 16, 39)

  • Te despojarán de tus vestidos y se apoderarán de tus joyas. (Ezequiel 23, 26)

  • Más aún, ellas mandaron llamar por medio de un mensajero a hombres que debían venir de lejos. Así llegaron aquellos para los que tú te bañaste, te pintaste los ojos y te adornaste con joyas. (Ezequiel 23, 40)

  • por eso, yo desmantelaré la ladera de Moab, arrasaré de un extremo al otro sus ciudades, las joyas de ese país: Bet Iesimot, Baal Meón y Quiriataim. (Ezequiel 25, 9)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina