Encontrados 152 resultados para: incienso

  • No sean negligentes, hijos míos, ya que el Señor los eligió a ustedes para que estén en su presencia, lo sirvan, le rindan culto y le ofrezcan incienso". (II Crónicas 29, 11)

  • Primero retiraron los altares que había en Jerusalén y todos los altares para el incienso, y los arrojaron al torrente Cedrón. (II Crónicas 30, 14)

  • ¿No ha sido el mismo Ezequías el que eliminó sus lugares altos y sus altares, diciendo a Judá y a Jerusalén: ‘Sólo ante un altar se postrarán y sobre él quemarán incienso’? (II Crónicas 32, 12)

  • Porque me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, provocando mi indignación con todas las obras de sus manos, mi furor se derramará sobre este lugar, y no se extinguirá. (II Crónicas 34, 25)

  • había acondicionado para este una habitación amplia, donde antes se depositaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del vino nuevo y del aceite fresco, o sea, lo que estaba mandado para los levitas, los cantores y los porteros, y lo reservado para los sacerdotes. (Nehemías 13, 5)

  • Luego mandé purificar las habitaciones e hice poner de nuevo allí los utensilios de la Casa de Dios, las ofrendas y el incienso. (Nehemías 13, 9)

  • Entonces Judit se postró en tierra, esparció ceniza sobre su cabeza, puso al descubierto el sayal con que estaba ceñida e imploró al Señor en alta voz. Era la hora en que se ofrecía en Jerusalén, en el Templo de Dios, el incienso de la tarde. Judit dijo: (Judit 9, 1)

  • que mi oración suba hasta ti como el incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde. (Salmos 141, 2)

  • En las puertas de las casas y en las plazas se quemaba incienso. (I Macabeos 1, 55)

  • Quemaron incienso sobre el altar, y encendieron las lámparas del candelabro que comenzaron a brillar en el Templo. (I Macabeos 4, 50)

  • Al llegar, Jeremías encontró una caverna: allí introdujo la Carpa, el Arca y el altar del incienso y clausuró la entrada. (II Macabeos 2, 5)

  • Una vez purificado el Templo, construyeron otro altar. Luego, sacando fuego del pedernal, ofrecieron un sacrificio, después de dos años de interrupción, y renovaron el incienso, las lámparas y los panes de la ofrenda. (II Macabeos 10, 3)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina