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Pero después, cuando los israelitas se hicieron más fuertes, obligaron a los cananeos a pagar tributo, aunque no llegaron a desposeerlos. (Josué 17, 13)
Por eso pensamos que si algún día nos llegan a hacer ese reproche, a nosotros o a nuestros descendientes, les podremos responder: ‘Miren la figura del altar del Señor que hicieron nuestros padres, no para ofrecer holocaustos y sacrificios, sino para que esté como testigo entre nosotros y ustedes’. (Josué 22, 28)
y después los introduje en el país de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán. Cuando ellos les hicieron la guerra, yo los entregué en sus manos, y así pudieron tomar posesión de su país, porque los exterminé delante de ustedes. (Josué 24, 8)
Después ustedes cruzaron el Jordán y llegaron a Jericó. La gente de Jericó les hizo la guerra, y lo mismo hicieron los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos; pero yo los entregué en sus manos. (Josué 24, 11)
Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos del Señor y sirvieron a los Baales. (Jueces 2, 11)
Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos del Señor: se olvidaron del Señor, su Dios, y sirvieron a los Baales y a las Aserás. (Jueces 3, 7)
Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos del Señor, y él los entregó en manos de Madián durante siete años. (Jueces 6, 1)
Los madianitas oprimieron a Israel, y para librarse de ellos, los israelitas se hicieron escondites en las cuevas de las montañas, en las cavernas y en los lugares escarpados. (Jueces 6, 2)
Los tres cuerpos de la tropa hicieron lo mismo. Tenían las antorchas en la mano izquierda, y con la derecha tocaban las trompetas. Y todos gritaban: "¡Por el Señor y por Gedeón!". (Jueces 7, 20)
Pero él les respondió: "¿Qué hice yo comparado con lo que hicieron ustedes? Un solo racimo de Efraím vale más que toda la vendimia de Abiézer. (Jueces 8, 2)
Estos salieron al campo a vendimiar, pisaron las uvas, hicieron festejos y entraron en el templo de su dios. Después de comer y beber, maldijeron a Abimélec. (Jueces 9, 27)
Ellos hicieron desaparecer a los dioses extraños y sirvieron al Señor. Y el Señor no pudo soportar por más tiempo el sufrimiento de Israel. (Jueces 10, 16)
