Encontrados 271 resultados para: herencia

  • Mi herencia ha sido para mí como un león en la selva; ella lanzó rugidos contra mí, por eso la detesto. (Jeremías 12, 8)

  • Mi herencia es un pájaro multicolor, asediado por las aves de rapiña. ¡Vayan, reúnanse, todas las fieras del campo, vengan a devorar! (Jeremías 12, 9)

  • Así habla el Señor: A todos mi malos vecinos que tocan la herencia que hice heredar a mi pueblo Israel, yo los voy a arrancar de su suelo, y a la casa de Judá la arrancaré de en medio de ellos. (Jeremías 12, 14)

  • Pero, después de haberlos arrancado, me compadeceré nuevamente de ellos y los haré volver, cada uno a su herencia y cada uno a su país. (Jeremías 12, 15)

  • Yo les pagaré el doble por su iniquidad y su pecado, porque ellos han profanado mi país con los cadáveres de sus ídolos y han llenado mi herencia con sus abominaciones. (Jeremías 16, 18)

  • Tendrás que desprenderte de tu herencia, la que yo te había dado. Haré que sirvas a tus enemigos en un país que no conocías, porque el fuego de mi ira que ustedes encendieron arderá para siempre. (Jeremías 17, 4)

  • ¡Sí, alégrense, diviértanse, expoliadores de mi herencia! ¡Salten como una ternera en el pasto, relinchen como padrillos! (Jeremías 50, 11)

  • Pero no es como ellos la Parte de Jacob, porque él ha modelado todas las cosas; Israel es la tribu de su herencia, su nombre es Señor de los ejércitos. (Jeremías 51, 19)

  • Nuestra herencia pasó a manos de extranjeros, nuestras casas, a manos de extraños. (Lamentaciones 5, 2)

  • Así como tú te alegraste cuando quedó desolada la herencia de la casa de Israel, yo haré lo mismo contigo: ¡quedarás desolada, montaña de Seír, igual que todo Edóm! Así se sabrá que yo soy el Señor. (Ezequiel 35, 15)

  • Yo haré que los hombres de mi pueblo Israel caminen sobre ustedes, y ellos tomarán posesión de ti: tú serás una herencia para ellos y ya no los privarás de sus hijos. (Ezequiel 36, 12)

  • Los sacerdotes no tendrán una herencia, porque yo soy su herencia. Ustedes no les darán una propiedad en Israel, porque yo soy su propiedad. (Ezequiel 44, 28)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina