Encontrados 61 resultados para: hagas
"Tómalo, mira por él, y no le hagas ningún mal, sino trátalo como él te diga". (Jeremías 39, 12)
Y ahora, yo te libro hoy de las cadenas que tienes en tus manos. Si quieres venir conmigo a Babilonia, ven y yo velaré por ti; pero si prefieres no venir conmigo a Babilonia, no lo hagas. Tienes todo el país delante de ti: ve adonde te guste o te convenga ir". (Jeremías 40, 4)
Pero Godolías, hijo de Ajicám, respondió a Iojanán, hijo de Caréaj: "No hagas eso, porque es falso lo que tú dices acerca de Ismael". (Jeremías 40, 16)
Suspira en silencio, no hagas ninguna clase de duelo, cíñete el turbante, cálzate con sandalias, no te cubras la barba ni comas pan de duelo. (Ezequiel 24, 17)
A causa de esto, Daniel se presentó a Arioc, a quien el rey había encargado ejecutar a los sabios de Babilonia, y le habló de esta manera: "No hagas morir a los sabios de Babilonia. Llévame ante la presencia del rey, y yo le expondré la interpretación". (Daniel 2, 24)
Entonces invocaron al Señor, diciendo: "¡Señor, que no perezcamos a causa de la vida de este hombre! No nos hagas responsables de una sangre inocente, ya que tú, Señor, has obrado conforme a tu voluntad". (Jonás 1, 14)
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». (Mateo 12, 38)
Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: «Él merece que le hagas este favor, (Lucas 7, 4)
y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciendole: "Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario". (Lucas 18, 3)
Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, estamos todos aquí». (Hechos 16, 28)
No te apresures a imponer las manos a nadie, y no te hagas cómplice de pecados ajenos. Consérvate puro. (I Timoteo 5, 22)
Entonces yo caí a sus pies para adorarlo, pero él me advirtió: «¡Cuidado! No lo hagas, porque yo soy tu compañero de servicio y el de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús. El testimonio de Jesús es el espíritu profético. ¡Es a Dios a quien debes adorar!». (Apocalipsis 19, 10)