Encontrados 26 resultados para: habitar

  • Más vale habitar en un rincón del techo que compartir la casa con una mujer pendenciera. (Proverbios 25, 24)

  • Preferiría habitar con un león o un dragón antes que vivir con una mala mujer. (Eclesiástico 25, 16)

  • ¡Ay de los que acumulan una casa tras otra y anexionan un campo a otro, hasta no dejar más espacio y habitar ustedes solos en medio del país! (Isaías 5, 8)

  • Él está sentado sobre la cúpula de la tierra, donde los habitantes son como langostas. Él extiende los cielos como un tul, los despliega como una carpa para habitar en ellos. (Isaías 40, 22)

  • Los hijos que dabas por perdidos dirán otra vez a tus oídos: "El lugar es muy estrecho para mí, dame sitio para que pueda habitar". (Isaías 49, 20)

  • Vayan a mi lugar santo de Silo, donde yo hice habitar mi Nombre en otro tiempo, y vean lo que hice con él a causa de la maldad de mi pueblo Israel. (Jeremías 7, 12)

  • no edificamos casas para habitar, no tenemos viñas ni campos ni sembrados, (Jeremías 35, 9)

  • Yo haré que ustedes encuentren compasión, y él se compadecerá de ustedes y los dejará habitar en el país. (Jeremías 42, 12)

  • entonces te precipitaré con los que bajan a la Fosa, con los hombres del pasado; te haré habitar en las regiones profundas, en las soledades perpetuas, con los que bajan a la Fosa, para que no vuelvas a ser restablecida en la tierra de los vivientes. (Ezequiel 26, 20)

  • Un espacio de doce mil quinientos metros de largo y cinco mil de ancho será para los levitas que sirven a la Casa: ellos poseerán allí ciudades donde habitar. (Ezequiel 45, 5)

  • Vendrán temblando desde Egipto como un pájaro, y como una paloma, desde el país de Asiria; y yo los haré habitar en sus casas -oráculo del Señor-. (Oseas 11, 11)

  • Yo soy el Señor, tu Dios, desde el país de Egipto: te haré habitar de nuevo en carpas, como en los días del Encuentro. (Oseas 12, 10)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina