Encontrados 8381 resultados para: habitar en la casa del Señor

  • Y como los dos tenían demasiadas riquezas, no había espacio suficiente para que pudieran habitar juntos. (Génesis 13, 6)

  • Lot dirigió una mirada a su alrededor, y vio que toda la región baja del Jordán, hasta llegar a Soar, estaba tan bien regada como el Jardín del Señor o como la tierra de Egipto. Esto era antes que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra. (Génesis 13, 10)

  • Pero los habitantes de Sodoma eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor. (Génesis 13, 13)

  • El Señor dijo a Abrám, después que Lot se separó de él: "Levanta los ojos, y desde el lugar donde éstas, mira hacia el norte y el sur, hacia el este y el oeste, (Génesis 13, 14)

  • Entonces Abrám trasladó su campamento y fue a establecerse junto al encinar de Mamré, que está en Hebrón. Allí erigió un altar al Señor. (Génesis 13, 18)

  • Al enterarse de que su pariente Lot había sido llevado cautivo, Abrám reclutó a la gente que estaba a su servicio -trescientos dieciocho hombres nacidos en su casa- y persiguió a los invasores hasta Dan. (Génesis 14, 14)

  • Pero Abrám le respondió: "Yo he jurado al Señor Dios, el Altísimo, creador del cielo y de la tierra, (Génesis 14, 22)

  • Después de estos acontecimientos, la palabra del Señor llegó a Abrám en una visión, en estos términos: (Génesis 15, 1)

  • "Señor, respondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?". (Génesis 15, 2)

  • Después añadió: "Tú no me has dado un descendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero". (Génesis 15, 3)

  • Entonces el Señor le dirigió esta palabra: "No, ese no será tu heredero; tu heredero será alguien que nacerá de ti". (Génesis 15, 4)

  • Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación. (Génesis 15, 6)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina