Encontrados 355 resultados para: guerra de canaán
También habían vencido a Antíoco el Grande, rey de Asia, que les había hecho la guerra con ciento veinte elefantes, con caballos, carros y un ejército muy numeroso: (I Macabeos 8, 6)
Si una guerra amenaza primero a Roma, o a cualquiera de sus aliados, en cualquier parte de sus dominios, (I Macabeos 8, 24)
De la misma manera, si una guerra amenaza primero a la nación de los judíos, los romanos lucharán a su lado, con toda el alma según se lo exijan las circunstancias. (I Macabeos 8, 27)
Si vuelven a quejarse de ti, nosotros les haremos justicia y te haremos la guerra por mar y por tierra’". (I Macabeos 8, 32)
Poco tiempo después, Jonatán y su hermano Simón se enteraron de que los jambritas celebraban una gran boda y traían de Nabatá, con mucha pompa, a la novia, hija de uno de los grandes magnates de Canaán. (I Macabeos 9, 37)
Luego acampó frente a Betbasí y la atacó durante varios días, emplazando máquinas de guerra. (I Macabeos 9, 64)
Simón y los suyos salieron de la ciudad e incendiaron las máquinas de guerra. (I Macabeos 9, 67)
Al enterarse de esto, Apolonio puso en pie de guerra tres mil jinetes y una numerosa infantería, y partió en dirección a Azoto, como si fuera de paso; pero al mismo tiempo se iba adentrando en la llanura, confiado en su numerosa caballería. (I Macabeos 10, 77)
En ese tiempo, Jonatán reunió a los habitantes de Judea para atacar la Ciudadela de Jerusalén y con ese fin levantó numerosas máquinas de guerra. (I Macabeos 11, 20)
Jonatán salió a hacer un recorrido por la región y las ciudades de este lado del Éufrates, donde se le incorporaron todas las tropas sirias como aliados de guerra. Cuando llegó a Ascalón, sus habitantes salieron a recibirlo con muchos honores. (I Macabeos 11, 60)
Temiendo que Jonatán se lo impidiera y le hiciera la guerra, buscaba la manera de detenerlo para deshacerse de él. Entonces se puso en marcha y llegó a Betsán. (I Macabeos 12, 40)
Jonatán salió a su encuentro con cuarenta mil hombres elegidos para la guerra y también llegó a Betsán. (I Macabeos 12, 41)