Encontrados 132 resultados para: furor

  • Entonces derramé mi furia contra ellos, los exterminé con el fuego de mi furor e hice recaer sobre sus cabezas su mala conducta -oráculo del Señor-. (Ezequiel 22, 31)

  • Desataré mis celos contra ti, y serás tratada con furor: te arrancarán la nariz y las orejas, y lo quede de ti caerá bajo la espada. Se apoderarán de tus hijos y de tus hijas, y lo que quede de ti será devorado por el fuego. (Ezequiel 23, 25)

  • Yo he querido purificarte de tu infame lascivia, pero tú no te has dejado purificar: por eso, no quedarás purificada hasta que no haya apaciguado mi furor contra ti. (Ezequiel 24, 13)

  • Me vengaré de Edóm, por medio de mi pueblo Israel: él lo tratará conforme a mi ira y mi furor, y Edóm conocerá mi venganza -oráculo del Señor-. (Ezequiel 25, 14)

  • Derramaré mi furor en Sin -la plaza fuerte de Egipto- y extirparé el tumulto de No. (Ezequiel 30, 15)

  • por eso, juro por mi vida -oráculo del Señor- que voy a obrar con el mismo furor y con el mismo celo con que obraste tú, en tu odio contra ellos, y me daré a conocer a ti cuando te juzgue. (Ezequiel 35, 11)

  • Por eso, profetiza sobre la tierra de Israel. Tú dirás a las montañas y a las colinas, a los cauces de los torrentes y a los valles: Así habla el Señor: Yo he hablado en mis celos y en mi furor, porque ustedes han soportado el oprobio de las naciones. (Ezequiel 36, 6)

  • Entonces derramé mi furor sobre ellos, por la sangre que habían derramado sobre el país y por los ídolos con que lo habían contaminado. (Ezequiel 36, 18)

  • Pero aquel día, cuando Gog llegue a la tierra de Israel -oráculo del Señor- estallará mi furor. (Ezequiel 38, 18)

  • Entonces Nabucodonosor, lleno de indignación y de furor, mandó traer a Sadrac, Mesac y Abed Negó. Cuando esos hombres fueron traídos ante la presencia del rey, (Daniel 3, 13)

  • Nabucodonosor se llenó de furor y la expresión de su rostro se alteró frente a Sadrac, Mesac y Abed Negó. El rey tomó la palabra y ordenó activar el horno siete veces más de lo habitual. (Daniel 3, 19)

  • Señor, por todas tus obras de justicia, que tu ira y tu furor se aparten de tu Ciudad, de Jerusalén, tu santa Montaña. Porque a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el escarnio de todos los que nos rodean. (Daniel 9, 16)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina