Encontrados 50 resultados para: extiende
Sí, oigo gritos como los de una parturienta, gemidos como los de una primeriza: es la voz de la hija de Sión que pierde el aliento, que extiende las manos: "¡Ay, pobre de mí, estoy exhausta frente a los asesinos!". (Jeremías 4, 31)
Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto. (Jeremías 17, 8)
Porque así habla el Señor: ¡Miren! Él planea como un águila, extiende sus alas hacia Moab. (Jeremías 48, 40)
Sión extiende sus manos, pero nadie la consuela. El Señor dio órdenes contra Jacob a sus adversarios de alrededor. Jerusalén ha llegado a ser una cosa inmunda en medio de ellos. (Lamentaciones 1, 17)
ese árbol eres tú, rey. Porque tú has crecido y te has hecho poderoso; ha crecido tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio se extiende hasta los extremos de la tierra. (Daniel 4, 19)
¡Día de tinieblas y oscuridad, día nublado y de sombríos nubarrones! Como la aurora que se extiende sobre las montañas, avanza un pueblo numeroso y fuerte como no lo hubo jamás, ni lo habrá después de él, hasta en las generaciones más lejanas. (Joel 2, 2)
Entonces dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió, y la mano enferma quedó tan sana como la otra. (Mateo 12, 13)
Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió y su mano quedó curada. (Marcos 3, 5)
pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra». (Marcos 4, 32)
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. (Lucas 1, 50)
Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió y su mano quedó curada. (Lucas 6, 10)
extiende tu mano para que se realicen curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu santo servidor Jesús». (Hechos 4, 30)
