Encontrados 34 resultados para: exterior

  • El hombre me hizo volver en dirección a la puerta exterior del Santuario, la que miraba hacia el oriente, y esa puerta estaba cerrada. (Ezequiel 44, 1)

  • Cuando salgan al atrio exterior, donde está el pueblo, se quitarán las vestiduras que se hayan puesto para prestar servicio, dejándolas en las habitaciones del Santuario, y se pondrán otra ropa, para no santificar al pueblo con sus vestiduras. (Ezequiel 44, 19)

  • Él me dijo: "Aquí está el lugar donde los sacerdotes harán hervir la víctima del sacrificio de reparación y del sacrificio por el pecado, y donde harán cocer la oblación, para que no se saque nada al atrio exterior, y así no quede santificado el pueblo". (Ezequiel 46, 20)

  • Luego me hizo salir al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro ángulos del atrio: había un patio en cada ángulo del atrio. (Ezequiel 46, 21)

  • Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho. (Ezequiel 47, 2)

  • Eviten la fornicación. Cualquier otro pecado cometido por el hombre es exterior a su cuerpo, pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. (I Corintios 6, 18)

  • Por eso, no nos desanimamos: aunque nuestro hombre exterior se vaya destruyendo, nuestro hombre interior se va renovando día a día. (II Corintios 4, 16)

  • No pretendemos volver a recomendarnos delante de ustedes: solamente queremos darles un motivo para que se sientan orgullosos de nosotros y puedan responder a los que se glorían de lo exterior y no de lo que hay en el corazón. (II Corintios 5, 12)

  • Que su elegancia no sea el adorno exterior -consistente en peinados rebuscados, alhajas de oro y vestidos lujosos- (I Pedro 3, 3)

  • No tengas en cuenta el atrio exterior del Templo ni lo midas, porque ha sido entregado a los paganos, y ellos pisotearán la Ciudad santa durante cuarenta y dos meses. (Apocalipsis 11, 2)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina