Encontrados 9 resultados para: expiar

  • Cada uno de esos días ofrecerás un novillo como sacrificio de expiación por el pecado; lo ofrecerás sobre el altar para expiar por él y lo ungirás para consagrarlo. (Exodo 29, 36)

  • Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo: "Ustedes han cometido un gran pecado. Pero ahora subiré a encontrarme con el Señor, y tal vez pueda expiar ese pecado". (Exodo 32, 30)

  • David preguntó a los gabaonitas: "¿Qué puedo hacer por ustedes y con qué podré expiar, para que ustedes bendigan la herencia del Señor?". (II Samuel 21, 3)

  • Pero el príncipe se encargará de los holocaustos, la oblación y la libación, en las fiestas, los días de luna nueva, los sábados y todas las solemnidades del pueblo de Israel. Él proveerá lo necesario para el sacrificio por el pecado, para la oblación, el holocausto y los sacrificios de comunión, a fin de expiar por el pueblo de Israel. (Ezequiel 45, 17)

  • Setenta semanas han sido fijadas sobre tu pueblo y tu Ciudad santa, para poner fin a la transgresión, para sellar el pecado, para expiar la iniquidad, para instaurar la justicia eterna, para sellar la visión y al profeta, y para ungir el Santo de los santos. (Daniel 9, 24)

  • Efraím multiplicó los altares para expiar el pecado, pero esos altares le han servido sólo para pecar. (Oseas 8, 11)

  • Su corazón está dividido, ahora tendrán que expiar: el mismo Señor destrozará sus altares, devastará sus piedras conmemorativas. (Oseas 10, 2)

  • Samaría tendrá que expiar, porque se ha rebelado contra su Dios. Ellos caerán bajo la espada, sus recién nacidos serán estrellados y abrirán el vientre de las embarazadas. (Oseas 14, 1)

  • En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. (Hebreos 2, 17)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina