Encontrados 31 resultados para: estirpe

  • ¡Que toda tu nación y cada una de sus tribus reconozcan que tú eres Dios, el Dios de toda fuerza y de todo poder, y que no hay otro protector fuera de ti para la estirpe de Israel!". (Judit 9, 14)

  • Por eso, soberano señor, no desoigas sus palabras; antes bien, tómalas en cuenta, porque son exactas, ya que nuestra estirpe no será castigada ni sometida por la espada, a no ser que haya pecado contra su Dios. (Judit 11, 10)

  • ¿Cómo podré resistir, al ver la desgracia que se abatirá sobre mi pueblo? ¿Cómo podré ser testigo de la desaparición de mi estirpe?". (Ester 8, 6)

  • Porque Mardoqueo, el judío, era el segundo después del rey Asuero. Los judíos lo consideraban un gran hombre y era amado por la multitud de sus hermanos; él procuraba el bienestar de su pueblo y promovía la felicidad de toda su estirpe. (Ester 10, 3)

  • No tiene estirpe ni posteridad en su pueblo, no quedan sobrevivientes donde él habitaba. (Job 18, 19)

  • eliminarás su estirpe de la tierra, y a sus descendientes de entre los hombres. (Salmos 21, 11)

  • Mientras tanto, dejó a cargo del gobierno, desde el río Éufrates hasta la frontera de Egipto, a Lisias, miembro de la nobleza y de estirpe real. (I Macabeos 3, 32)

  • Pero ellos no pertenecían a la estirpe de aquellos hombres a quienes estaba confiada la salvación de Israel. (I Macabeos 5, 62)

  • Todos por igual tenían innumerables cadáveres, abatidos por el mismo género de muerte. Los sobrevivientes no daban abasto para sepultarlos, porque en un instante había sido destruido lo mejor de su estirpe. (Sabiduría 18, 12)

  • Con uno solo inteligente se puebla una ciudad, pero la estirpe de los hombres sin ley es arrasada. (Eclesiástico 16, 4)

  • Pusiste una mancha sobre tu gloria y profanaste tu estirpe, atrayendo la ira sobre tus hijos, y haciéndoles deplorar tu locura: (Eclesiástico 47, 20)

  • Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia ni deja que se pierda ninguna de sus palabras: él no hará desaparecer la posteridad de su elegido, ni exterminará la estirpe de aquel que lo amó. Por eso, le dio un resto a Jacob, y a David una raíz nacida de él. (Eclesiástico 47, 22)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina