Encontrados 499 resultados para: estaban

  • Los querubines tenían las alas extendidas hacia arriba, y con ellas cubrían la tapa; estaban uno frente al otro, con sus rostros vueltos hacia ella. (Exodo 37, 9)

  • Junto al borde estaban las cuatro argollas que servían de sostén a las andas para transportar la mesa. (Exodo 37, 14)

  • Hizo, asimismo, el candelabro de oro puro. Tanto la base y el tronco del candelabro como los cálices, los botones y las flores que le servían de adorno estaban forjados a martillo y formaban una sola pieza. (Exodo 37, 17)

  • Estas últimas eran de madera de acacia y estaban recubiertas de oro. (Exodo 37, 28)

  • y pasó las andas por las argollas que estaban a ambos lados del altar para poder transportarlo. El altar era hueco por dentro y estaba hecho de tablas. (Exodo 38, 7)

  • Sus veinte columnas estaban apoyadas sobre veinte bases de bronce, y estaban provistas de ganchos y varillas de plata. (Exodo 38, 10)

  • Por el lado norte, las cortinas tenían igualmente una longitud de cincuenta metros, y estaban sostenidas por veinte columnas apoyadas en veinte bases de bronce y provistas de ganchos y varillas de plata. (Exodo 38, 11)

  • Por el lado oeste, había veinticinco metros de cortinas, con diez columnas y sus respectivas bases, que estaban provistas de ganchos y varillas de plata. (Exodo 38, 12)

  • Las bases para las columnas eran de bronce, y sus ganchos y sus varillas de plata. Los capiteles también estaban revestidos de plata, y todas las columnas del atrio tenían varillas de plata. (Exodo 38, 17)

  • y en la cuarta, un crisólito, un lapislázuli y un jaspe verde. Todas ellas estaban engarzadas en oro. (Exodo 39, 13)

  • Sujetaron las dos puntas de las cadenas de oro en las dos argollas que estaban en los extremos superiores del pectoral, (Exodo 39, 17)

  • Las campanillas y las granadas estaban dispuestas alternadamente, una al lado de la otra, a lo largo de todo el ruedo. El manto se empleaba para ejercer las funciones sacerdotales, como el Señor se lo había ordenado a Moisés. (Exodo 39, 26)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina